El trato dispensado por la dueña fue exquisito, nos tenia agua fresca en la nevera, así como tomates, pepinos y cebollas de su huerto, unos huevos frescos de sus gallinas y un bizcocho junto con mermelada hecha por ella. Su amabilidad supera con creces todos los sitios a los que he ido.Y nos regaló dos tarros de orégano cogido en la sierra y tomate frito por ella, realmente impresionante, muy agradecidos por el trato. Mi nombre Matilde Benitez y estuvimos desde el 29 al 31 de julio 2016