Hemos estado 3 días. Todo a pedir de boca, la casita muy acogedora y muy limpia. Los dueños encantadores, tuvieron el detalle de una botella de sidra y un dulce típico de Taramundi(trenza). El entorno precioso, para los amantes de la naturaleza y las rutas es perfecto. Volveremos sin duda, gracias por todo. Ah, no dejéis de probar un plato de patatas con huevos de los caseros....