Fue una casualidad que este fin de semana de la Inmaculada acabáramos en este sitio, pues teníamos reservada otra casa rural en la zona y un error en la fecha de entrada nos dejó sin alojamiento. Nos ofrecieron la posibilidad de alojarnos en Zaballa (éramos seis personas). Por todo ello y por acogernos sobre la marcha, queremos darles las gracias a Carlos y a Ana: pasamos un fin de semana magnifico y, siempre pendientes de nosotros, nos encendían la chimenea todos los días, nos limpiaban las cenizas y la leña siempre estaba a punto. El trato ha sido excepcional y hemos podido quedarnos hasta el domingo a media tarde. Gracias de corazón