Mi madre quiso regalarnos unos días de tranquilidad y no le salió bien. Se trata de una casa pareada en mitad de un pueblo. No tiene aire acondicionado, la limpieza de la piscina deja que desear, ni una sombrilla, a la mesa sólo caben 4-5 personas, no hay mampara en el baño, sino cortinilla, no tiene garaje (hay que aparcar en la calle, pues el garaje está cerrado), los productos de limpieza e higiene estaban racionados, contados, lo justo y la barbacoa no pudimos usarla porque estaba muy muy sucia. En resumen, yo lo veo como una casa normal y corriente en mitad de un pueblo, con poco que hacer y/o visitar. La dueña es amable pero el precio nos pareció muy elevado, sobretodo comparada con otras casas rurales espectaculares y en entornos mucho más turísticos que hay por la zona.
En resumen, creo que el precio es excesivo para lo que este alojamiento ofrece.
En resumen, creo que el precio es excesivo para lo que este alojamiento ofrece.