Se trata de una ermita románica de pequeñas dimensiones compuesta por un ábside cubierto por bóveda de horno, que posteriormente se ampliaría, apuntados.
La ubicación de la ermita hizo que quedara anegada por el Embalse de Mequinenza y fue salvada en septiembre de 1973 aprovechando la bajada del nivel de las aguas. Fue una operación de gran repercusión en los medios de comunicación de la época, en la que participaron muchas personas, tanto física como económicamente.
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