Qué ver en Morales Del Vino

En el interior del pueblo, el monumento más significativo es la iglesia parroquial. Se encuentra dividida en tres naves. La capilla mayor, cuyas obras se acabaron en 1522, es ochavada y se cubre con rica bóveda de crucería.

El edificio dispone de dos puertas de interesante interés artístico. La meridional corresponde a la última fase del gótico. La puerta norte se levantó durante el obispado de Antonio del Águila y en ella se desarrolla un programa iconográfico completo referido a la salvación humana. Ésta se expresa en las siguientes representaciones: Adán y Eva (Pecado), La Anunciación (Redención) Espíritu Santo y Dios Padre (Trinidad). En su interior, destaca la capilla de la Virgen del Rosario, del siglo XVIII. Además, esta iglesia cuenta con numerosas obras escultóricas de gran valor, entre ellas el retablo principal, obra de grandes escultores de la época como Esteban de Rueda y Juan de Montejo.

Muy cerca del pueblo se encuentra la ermita del Cristo de Morales, cuyo interés radica en que alrededor tiene lugar la famosa romería.

Pontejos depende del Ayuntamiento de Morales del Vino, a pesar de ser el pueblo más antiguo de la comarca. Próximos a la localidad se han encontrado restos de actividades romanas en torno a las fuentes. Es importante destacar el entorno en el que se encuentra ubicada la localidad, donde la vegetación exhuberante juega un importante papel.

La festividad principal de Morales del Vino es la del Santo Cristo de Morales, el 9 de mayo.

Su pedanía, Pontejos, cuenta con dos fiestas: el 2 de febrero y el 24 de julio.

La celebración de la festividad de Santo Cristo de Morales tiene lugar en la ermita del Cristo, el 9 de mayo. Congrega a numeroso público, que reza la novena cada hora, pero especialmente emotiva es la llegada de la procesión desde la iglesia de Morales. Los vecinos del pueblo acuden con la imagen de Nuestra Señora, que acompañará a su hijo durante toda la jornada.

En la despedida, tras sacar las andas de la Virgen por el hueco de la reja, a hombros, fuera del santuario, se la pasea dando una vuelta al monolito que existe en la entrada. Encarada la imagen de nuevo hacia la puerta, como último homenaje se hacen las tres reverencias tradicionales, cerrándose a continuación el templo.