Qué ver en Cañizal

En el limítrofe con la provincia de Salamanca pero aún perteneciendo a Zamora está este pequeño municipio que se encuentra a lo largo de la colina. A pesar de que actualmente ha sufrido la pérdida masiva de población, durante los años sesenta llegó a tener hasta 1500 habitantes, cifras que han caído hasta los 500 en 2013. A pesar de esto, las costumbres no se han perdido lo que ha hecho que cada año las fiestas se celebren como lo hacían antaño. La principal se concentra en septiembre. A medida que se acerca el 8 de este mes, el pueblo va engalanándose, las peñas van dando los últimos retoques y se prepara la ermita para pedir la protección de la patrona durante estas fechas. Importantes son también las de Santa Cruz durante los días 3 y 4 de Mayo. En el recorrido la Virgen de la Cruz es bailada por los jariegos para agradecerles que vele por ellos durante todo el año.

Si hay algo que los visitantes no pueden olvidar de su viaje a Cañizal es sin duda la calidad de los vinos que se gestan en esta tierra. El municipio se encuentra en los márgenes del río Duero, una de las zonas de producción más importantes que junto a otros municipios como Santa Clara de Avedillos, Villaescusa o Fuentelapeña dan lugar a la denominación “Tierra del Vino de Zamora”.

Bajo lo que actualmente es la Iglesia del pueblo, se esconde otra de origen románico que se construyó en 1208 y que como la de ahora, también estaba dedicada a Nuestra Señora de la Visitación. El anterior edifico, desaparecido hace cuatro siglos, más concretamente en 1699 contaba con dos altares dedicados a Santa Ana y San Quirce y el otro a Santa Julia.

Si los visitantes quieren conocer el pueblo a pie, no pueden dejar de acercarse hasta la Casa Blasonada, una casa noble perteneciente al siglo XVIII en la que se alojó el Duque de Wellington días antes de la Batalla de los Arapiles. Es tan bella la fachada que la Junta de Castilla y León la declaró Bien de Interés Cultural en 1991. A pesar de su hermosura e historia, actualmente está sufriendo un derrumbe lento que si no se media antes, acabará con ella en algunas décadas.