Qué ver en Markina - Xemein

Los primeros datos de ocupación están documentados en la cueva de Kobaua y la sitúan en el Mesolítico. Hasta la época romana no se vuelve a tener más información.
La entrada de la villa de Markina en la historia se produce en 1355, cuando el infante Don Telllo, Señor de Bizkaia e hijo de Alfonso XI de Castilla, fundó la villa de Villaviciosa de Markina, que debió su nombre a ser “marca” o frontera con Gipuzkoa.
La creación de Markina obedece básicamente a un criterio de carácter político-militar, aunque debieron influir también intereses de naturaleza económica que el desarrollo temprano de la villa acabará por consagrar.

EL PLANO MEDIEVAL Y SUS ELEMENTOS
Para la nueva villa, el resultado más inmediato de las necesidades defensivas se materializará en la construcción de la cerca o muralla.
El trazado de la villa está constituido por tres calles paralelas sin jerarquizar, cortadas por una cuarta calle transversal. La construcción de la muralla en Markina es el resultado inevitable de una necesidad defensiva. Pero lo que mantiene la cerca es su valor simbólico, como elemento diferenciador de dos mundos, dos formas de enternder la vida y sus respectivas culturas: el mundo rural y el mundo urbano.
En el s. XV el recinto amurallado poseía tres portaladas por las que se accedía a la villa. La primera de ellas, la de “Goikoportala”, ponía en contacto a Markina con la ruta comercial del Ibaizabal a través de Durango. El segundo portal, portalada de Irureta, comunicaba la villa con la Anteiglesia de Etxebarria y a través de ella, con Gipuzkoa. Se situaba al sur de la calle Zeharkalea. Finalmente el tercer acceso, Portal de Orueta, abría al camino en dirección a Ondarroa y ponía de esta manera la villa en comunicación con la costa.