"Documentalmente, Arafo figura ya con este nombre en las primeras datas de Tenerife, al comienzo del siglo XVI. Así, el 29 de Noviembre de 1504, se le concede a Hernando de Fuentes una cantidad de tierra "en el pago de Guymar en Arafo", que linda con el barranco de Añavingo ..."
Pero ya desde tiempos anteriores a la conquista, los aborígenes ocuparon estas hermosas tierras. Viana atribuye este nombre a un caudillo guanche en sus Antigüedades.
Inmediatamente se producen los asentamientos coloniales en toda la comarca. Su crecimiento no fue rápido, quizás debido a su distancia de la costa; y, dentro de un entorno rural, basó su subsistencia en la agricultura.
Allí se edifica una ermita en 1535. Sobre esta fábrica primera, se levantó, entre 1794 y 1800, el actual templo, ya con categoría de parroquia desde 1793, puesta bajo la advocación de San Juan Degollado en 1795.
Luego, en 1798, se procede a la elección de alcalde, diputado, personero y fiel de fechos. En 1813 se constituye en municipio, alcanzando el titulo de Villa en mayo de 1983, siendo el primer pueblo en alcanzar esta distinción de la Presidencia del Gobierno de Canarias.
Ya el casco de la capital municipal constituye en sí mismo un aliciente para ser visitado. Forma un modelo de entidad urbana, tanto por la peculiar disposición de su trazado como, especialmente, por la pulcritud, verdaderamente llamativa y ejemplar, de sus edificios, calles, plazas y rincones.
Dentro de él, el templo parroquial, en el que se conservan algunas piezas interesantes, como la imagen del titular, un cuadro de San Agustín (de autor anónimo) y un crucificado, entre otras.