Qué ver en Vimbodi

Municipio de la Conca de Barberà, situado al sudoeste de la comarca, al límite con las Garrigues y el Baix Camp. El término municipal tiene una extensión de 65,51 Km2, y se extiende por las vertientes septentrionales de las montañas de Prades, en el valle del río Milans, afluente del Francolí que procedente de Vallclara lo atraviesa de oeste a este. También lo cruza el barranco del Tillar, otro afluente del río Francolí.

Su relieve, principalmente en la parte baja del "Bosc de Poblet", está constituido por terreno ácido y silícico. También existen terrenos de arcilla y colinas de cal.

A la derecha del río Milans y del Bosc de Poblet, brotan numerosas fuentes, incluso ferruginosas y bicarbonatadas. Esto motiva la construcción de un embalse que asegura la distribución de excelente agua potable.

La vegetación frondosa, abundante y variada, da lugar a un paisaje de atractivo especial.

El municipio (495 m. de altitud) comprende además el Monasterio de Poblet y una serie de antiguas granjas del monasterio (Milmanda, Mitiana, Castellfollit, el Tillar y Ridabella), además del despoblado de Codoç.


En el municipio se han encontrado restos prehistóricos que indican que el lugar se encontraba habitado en una época antigua. De la época romana se conoce que la Vía Aurelia pasaba por ese lugar. También se han encontrado restos de cerámica y sepulturas.

Durante la dominación de los sarracenos, parece ser que el territorio era zona fronteriza. Los sarracenos se agrupaban en las montañas de Prades y Siurana cuando eran atacados por los cristianos. Cuando desaparecía el peligro bajaban a las tierras de cultivo. Según Carreras Candi, Vimbodí a lo largo de esta época fue aliado de Tortosa, y según E. Toda, era lugar de establecimiento de los árabes dependientes del emir de Siurana.

La primera noticia documentada fecha de 1080, cuando los condes Ramón Berenguer y Berenguer Ramón ceden a Ponç Hug el territorio de la Espluga de Francolí y nombran Vimbodí como uno de los lindes.

Probablemente fue conquistado por Ramón Berenguer III, ya que su hijo Ramón Berenguer IV, en la carta de población, fechada el 1151, dice que ha conseguido la propiedad del lugar por herencia de sus padres. Según este documento, Vimbodí queda constituido en villa, bajo la dependencia directa del Conde, sin ningún otro tipo de sujeción. Se les da el territorio en perpetua herencia y se les concede la entrada libre al Bosc, llamándose más tarde de Poblet.

La donación del Huerto de Poblet a los monjes cistercienses y la construcción del Monasterio es posterior a la Carta de Población de Vimbodí.

En 1172, Alfonso I, hijo de Ramón Berenguer IV, entrega Vimbodí en feudo al Monasterio de Poblet. Primero empeña la villa, ofreciéndola más tarde en donación al Monasterio para siempre, en libre y franca herencia.

Dada la existencia de la Carta de Población, la villa no acepta ser feudo de Poblet. Aquí comenzaron las luchas y el pleito constante que la villa mantuvo contra el Monasterio.

En 1272, Jaume I confirma al Monasterio todas sus propiedades entre otras la villa de Vimbodí, siendo reafirmada en 1367 por Pere el Cerimoniós. En 1410, el rey Martí le concede la plena jurisdicción. A pesar de la consideración de Poblet hacia Vimbodí, las luchas entre la villa y el Monasterio duraron siglos.

Vimbodí participa activamente en la Guerra de los Segadors y más tarde en la Guerra de la Independencia, a lo largo de la cual el pueblo fue saqueado diecisiete veces. Durante las guerras carlinas resultó muy perjudicado, ya que la villa de aire liberal, luchó activamente.

Como otros pueblos de la comarca, sobretodo el de Espluga, los habitantes de Vimbodí participan en la primera destrucción del Monasterio, en el año 1822, y posteriormente en su destrucción y saqueo en el año 1835, con motivo a la ley de la desamortización.

Hay que añadir que por motivo de esta ley las tierras de Poblet fueron vendidas por el Estado. El Bosc de Poblet pasó a formar parte del Patrimonio Forestal del Estado. Las luchas entre la villa y el Monasterio se acabaron.