Qué ver en Prades

Se han encontrado, en los alrededores, vestigios neolíticos y restos funerarios ibéricos y de la baja edad romana.

Pero el origen urbano se remonta a la época de los árabes que debían construir un castillo dependiente del de Siurana.

Cuando el 1153 se rindió Siurana, última conquista musulmana de Catalunya, Ramon Berenguer IV le otorgó carta de población - en la cual debía quedar incluida la villa de Prades- y concedió el marquesado de Siurana a Bertran de Castellet.

El año 1159 Ramon Berenguer IV cedió a los habitantes de "Pratis" el lugar para construir las casas y las tierras para los cultivos, la libre utilización y posesión de los prados y bosques de toda la montaña de Siurana y los derechos por encima de la Iglesia y la herrería, reservándose el Conde el horno, el molino, los diezmos y las primacías. Este régimen de franquicias era típico de un sistema de dominicatura real, con un poder señorial y feudal poco acusado que facilitaba la extensión de la propiedad libre.

Según Morera, con la muerte de Bertran de Castellet, se perdió la denominación de marqueses de Siurana y el territorio restante dividido en dos jurisdicciones: la oriental (montañas de Prades), bajo el dominio directo del rey que denominó un alcalde, y el resto que fue dado a Albert de Castellvell y cogió el nombre de Baronia de Castellvell de la que se segregaron los territorios donde poco después se fundó la Cartuja de Escaladei y El Monasterio de Escornalbou.

El 1241, la llamada Baronia de Castellvell, pasó, por matrimonio, a los Entença, llegando a ser la Baronia de Entença.

Se habla, durante el siglo XIV, de la existencia de una importante comunidad judía.

Durante la Guerra de los Segadores, las tierras del condado de Prades daban soporte y cobijo a las tropas franco-catalanas. El 1641, el gobernador de Tarragona (empujado por el abad de Poblet y los alcaldes de los pueblos contrarios al rey Felipe IV) envió una expedición contra la villa fortificada que, al cabo de nueve días de acoso, se rindieron. Según Josep Sanabre, las murallas sufrieron graves desperfectos.

Asimismo al cabo de diez años Prades todavía era centro de operaciones del ejército franco-catalán, cosa que determinó la toma y demolición del Castillo de Siurana, la ocupación de la Espluga del Francolí y de Prades y, posiblemente también, el derrumbamiento del castillo de la villa condal.

En esta época, en que señoreaba el condado de Prades Lluís de Aragó Folc de Cardona y Còrdova, doceavo conde de Prades, duque de Segorb y Cardona y conde de Empúries, Prades tenia el privilegio de batir moneda.

Para el matrimonio de Caterina el 1663, hija del doceavo conde de Prades, con Juan Francisco de la Cerda, duque de Medinacelli, Prades vio alejarse definitivamente a sus señores. A inicios del siglo XVIII, el condado de Prades pasa a los Fernández de Córdoba, nuevos duques de Medinacelli. en 1714, el Archivo Ducal, nombrado ya de los Medinacelli (con toda la documentación del condado de Prades) se trasladó a la catedral de Tortosa. Actualmente se encuentra en Sevilla. Con la desamortización de Mendizábal (1835) acabaron toda clase de derechos señoriales. La actual duquesa de Medinacelli, es todavía la veinticinco duquesa de Prades.



Durante la primera guerra carlina (1837), la villa de Prades fue incendiada y destruida. En 1874, la villa volvió a ser castigada por su carlismo y quemada nuevamente.