Qué ver en Conesa

Municipio de la Conca de Barberà, situado en la parte más meridional de la comarca de la Segarra al límite con la Conca. El término tiene una extensión de 28,91 Km2. En la parte oeste se encuentran las elevaciones de la Cogulla y la del Pla de María, ramificaciones de la sierra del Tallat y Forés, y en la parte Norte se encuentra la sierra de Cantallops. Está bañado por el río de Conesa, afluente del río Corb, que se nutre de diversos barrancos. Pese a esto, el término no tiene abundancia de agua.

Dentro del término se encuentran los antiguos poblados de Torlanda, Sabella de l´Abadiat y Saladern, hoy deshabitados.

En el año 1043, Ramón Berenguer I concede Conesa a Bernat Seniofred, con la condición de construir una fortaleza, cultivar la tierra y expulsar a los infieles. La mitad se le concede en feudo y la otra mitad en franc alou, libre de cargas. Hacia el año 1073 el castillo ya se encontraba edificado, rodeado de un pequeño núcleo de población.

En el año 1120, consta como señor principal de Conesa, Ramón de Cervera, y posee algunos derechos Bernat de Conesa, probablemente descendiente de los Seniofred.

Durante el s. XIII, el territorio era de dominio condal, infeudado a los Cervera y como a castellanos del lugar los Vallclara-Conesa y los Montpaó.

De los Cervera, el dominio pasó a la familia de la Guardialada, que años más tarde cedieron derechos a la Orden del Santo Hospital y a la familia Cervelló.

Recuperada por el rey Pere II, la jurisdicción que sobre Conesa tenía la Orden del Santo Hospital, cedió el año 1285 la castellanía de Montpaó al Monasterio de Santas Creus, que tuvo jurisdicción hasta el 1835.

Durante el s. XIV, la población se consolida y progresa. En el s. XV, debido a las devastadoras epidemias de peste y a la guerra contra Joan II, se inicia su decadencia.

Durante los siglos siguientes quedó afectada, como todos los pueblos del Principado, por las luchas sucesivas. Hay que destacar como hechos históricos importantes, la protección especial que disfrutó el pueblo por parte del Abad de Santes Creus, Fra. Jeroni Contijoch, hijo de Conesa, durante la segunda mitad del s. XVI. También la venta de los bienes que Santes Creus tenía en Conesa, después de la ley de desamortización del año 1835, así como la epidemia de cólera que se produjo en el año 1885 y que arrasó la población.