Existen dispersas por la geografía isleña algunas de estas construcciones: las primeras se hicieron con la llegada de la Compañía de los Ingleses a esta zona para el inicio del proceso de explotación de la Isla Mayor del Guadalquivir. El interés de estas casitas es, además del histórico, el de la posibilidad de conocer cómo eran las condiciones y el modo de vida de los primeros colonizadores y habitantes de la zona arrocera de las Marismas del Guadalquivir.