Qué ver en Gilena
Ubicado en un llano al sur de la Sierra de Estepa, a orillas del arroyo de su mismo nombre.
Debido a su situación geográfica y a la abundancia de agua, por las tierras del término de Gilena han pasado toda clase de civilizaciones, y cada cual dejó sus huellas.
Se han encontrado hallazgos arqueológicos del Calcolítico, Ibéricos, Romanos, Visigodos y Árabes.
En Marzo de 1.985 se descubrió, casualmente, una sepultura Calcolítica del tipo denominado "Cueva Artificial", formada por una cámara central, cuatro nichos y corredor escalonado, rescatándose numerosos vasos, puntas de flechas líticas, ídolos, adornos, etc. De la misma época también aparecieron restos en el paraje de "Los Corralones", dentro del casco urbano, al hacer cimentaciones para edificaciones.
Así mismo, existen yacimientos del final de la Edad del Bronce en el denominado "Cerro Gordo" y "Acebuchona". Ibéricos en los parajes de "Los Cortijos Viejos", "Los Villares" y "Cerro del Huevo". Romanos en "Los Argamazones", "Cerro del Grajo", "Las Beatas", "Campanario" y otras más. Visigodos en "Las Lucenillas", "Los Villares", "Aparicio", etc. Árabes en "Las Lucenillas", "Campanario", "Los Villares", etc.
Según estudios de investigadores contemporáneos en nuestras tierras estuvo ubicada la ciudad ibérica de "Ilse", fundada en el siglo I a. de J.C.
Sobre el nombre de Gilena no sabemos cual fue su origen, si bien pudiera venir de "Silex", piedra, o "Silena", lugar de la piedra. Sí sabemos que en tiempos de la denominación árabe ya se conocía este paraje como "Lugar de Gilena", después "Puebla de Gilena" y, finalmente, "Villa de Gilena".
Gilena fue cabecera de un distrito agrícola de la Cora y tuvo el honor de figurar en la obra del geógrafo de los siglos XII y XIII Yaqut al Hamawi "El libro de las Naciones", donde se cantaban los maravillosos productos cosechados en la Ribera, con especial mención de sus manzanas, famosas en todo el Al-Andalus.
De las aguas del "Ojo de Gilena" se utilizaba su energía hidráulica para mover los molinos de harina que construyeron los árabes a lo largo de la ribera. Verificada la reconquista y en poder de sus nuevos dueños cristianos, los molinos y huertas de Gilena fueron platos codiciados por los Alcaides y Comendadores para sus mayorazgos.
