La Ciudad que Hechiza

La Ciudad que Hechiza

( 0 Opiniones)
Subir Fotos Opinar

En los últimos años del XV y principios del XVI, con la fusión del gótico final y el inicio del renacimiento, surge el plateresco. Si todavía en el XV hay alguna construcción gótica, como San Benito, la gran obra representativa de esta simbiosis es la Catedral que se inicia ya en pleno renacimiento, en 1513, y se construye sin derribar la anterior (como era lamentablemente frecuente) y situándola a su lado. Era, para los salmantinos, y así se sigue llamando hoy, la Catedral Nueva.
En su interior podemos admirar la Capilla Dorada, el Cristo de las Batallas, que portaba el Cid, y obras de grandes escultores de todos los tiempos, como Juan de Juni, Gregorio Femández o Benlliure. Su exterior no tiene rival. A un lado, el Patio Chico, donde se aprecian perfectamente las dos Catedrales unidas y el bello ábside de la románica. Al otro, la gran Plaza de Anaya. Y en su espacio frontero, desde donde mejor se puede contemplar la Torre del Gallo, el antiguo Palacio Episcopal que fuera residencia del general Franco durante la Guerra Civil, Desde aquí, una callecita, la de Calderón, une la zona catedralicia con la zona universitaria. A ella se abre el balcón donde Unamuno tenía su despacho en su época de rector de la Universidad.
La Universidad, cuyo nuevo edificio ordenan levantar los Reyes Católicos, es la obra cumbre del plateresco español. En su medallón central, las efigies de Isabel y Femando están rodeadas de la leyenda en griego: «Los Reyes a la Universidad, la Universidad a los Reyes». Más arriba se encuentra el escudo de Carlos V. Dice una tradición estudiantil que da suerte localizar, entre el profuso tapiz decorativo de la fachada, una pequeña rana situada sobre el cráneo de una calavera.
En el interior el Aula de Fray Luis de León, donde, al regresar de un encierro de varios años en la cárcel de la Inquisición, iniciara su primera lección con la famosa frase: «Decíamos ayer ... » Se encuentra también la fabulosa Biblioteca del siglo XVIII con más de 165.000 volúmenes, y la escalera plateresca labrada con escenas de la corrida de toros que los doctores aprobados ofrecían a todos los estudiantes. Con la sangre del toro se pintaban los «vítores» que recordarían, en las fachadas de la Universidad y de sus Colegios Mayores, el nombre del nuevo doctor. El exterior es el Patio de Escuelas. Aquí se halla el Hospital de la Universidad (hoy Rectorado) y las Escuelas Menores. En ellas contemplamos su patio, con el típico arco salmantino y la Biblioteca Vieja donde se encuentra la pintura de Fernando Gallego el «Cielo de Salamanca».

Área viajero
Entrar con tu cuenta
Pulsando entrar aceptas las condiciones de uso