En el Valle del Cerrato palentino, a 38 km de la capital tomando la carretera hacia Magaz y desde allí la N-619, encontramos el municipio de Cevico Navero, emplazado a orillas del río Maderano. En su paisaje de páramos llanos y cerros ondulados crecen encinas, robles, jaras, retamas y otras especies del clima mediterráneo continental, entre las que pueden verse varias clases de palomas, liebres, perdices, tejones, raposos, etc. La actividad económica fundamental es la agricultura de cereales, forrajeras y remolacha azucarera. La ganadería predominante es lanar.
Los hallazgos arqueológicos que han tenido lugar en el pueblo señalan que ya existía un asentamiento amurallado antes de la conquista romana, de ahí el nombre de Cevico, que quiere decir “pueblo murado”. A pesar de las grandes reformas sufridas a lo largo de los siglos, aún conserva algunos restos románicos. A principios del siglo XI fue donado por el rey Don Sancho a la Diócesis de Palencia, a partir de lo cual perteneció a la Merindad de Cerrato. Durante el siglo XVIII, Cevico fue el señorío del conde de Castrillo, aunque siguió perteneciendo al Arciprestazgo de Baltanás.
El pueblo ofrece muchos lugares de interés: además de la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Paz y el Convento de San Pelayo, en el camino que conduce a Antigüedad, destaca la cuesta de la Horca, donde se llevaban a cabo ese tipo de ejecuciones. En ella se puede visitar el mesón Los Torreros, que surgió de la recuperación de antiguas cuevas-vivienda. Frente a él se encuentra Mata redonda.
El románico palentino, si bien concentrado principalmente en el Norte de la provincia, ofrece en las tierras del Sur algunos monumentos singulares. Obligado punto de arranque es la cripta de la Catedral de Palencia, prime ...