La iglesia de San Lorenzo fue construida en el siglo XIX y del templo medieval original sólo queda una torre. Su interior es de estilo neoclásico y alberga la capilla barroca dedicada a San Fermín y que fue construida en 1717.
En ella se guarda la talla del santo, del siglo XVI, chapeada en plata y colocada sobre un pedestal labrado en plata. El templo también guarda la imagen de la Dolorosa, de 1883.