Albudeite, en árabe la de escasa agua, sin duda la aportada por el Río Mula, que, pese a ser de irregular caudal e inesperadas avenidas, hace aparecer a la antigua villa como un oasis entre ramblas y barrancos de tierras blancas y deslumbrante luz.
Conserva un importante patrimonio histórico, siendo especialmente destacable la iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, construida en el siglo XVI sobre los cimientos de lo que fue la mezquita. Su sillería es de jaspe y, en el interior, puede contemplarse una virgen de madera del siglo XVII, un Nazareno del imaginero Nicolás de Bussi y un Cristo de Francisco Salzillo, del siglo XVIII.
Productora importante de esparto en el pasado, hoy se mantiene la tradición a modo de testimonio. Es destacable una fiesta peculiar que se celebra el Domingo de Ramos, día en que se nombran dos alcaldes: uno para los casados y otro para los solteros, con la potestad de pedir a los vecinos que cumplan las más insólitas ocurrencias. El día concluye con la quema de un muñeco que representa al apóstol Judas.