Alberca De Las Torres

Qué ver en Alberca De Las Torres

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Foto: adriumbi

Un paraíso que no hay que perderse es el natural del Valle, a poco kilometros de La Alberca y que si se visita dicho pueblo no puede dejar de visitar este paraje.

El Parque Natural El Valle es un pequeño enclave al sur de la ciudad de Murcia. Cúmulo de historia, lugar de esparcimiento y disfrute, presenta un paisaje rico y contrastado que refleja la continua interacción entre el hombre y su medio.

Mirador de la Huerta y testigo inmemorial del devenir histórico natural y social, su presencia y accesibilidad nos reta a conocerlo y, con ello, contribuir a respetarlo y conservarlo.

Al sur de la ciudad de Murcia, en las estribaciones de la Sierra de Carrascoy, se encuentra el Parque Natural Monte El Valle. Su proximidad a dicha ciudad (6 Kms.) hace que sea considerado como un parque periurbano y reciba a lo largo del año miles de visitantes.

Pese a su pequeña extensión, 1.900 Has., el conjunto de valores paisajísticos, ecológicos, culturales, históricos, educativos y recreativos que poseen este área se han sabido reconocer desde antiguo.

En 1931, parte de esta sierra (159 Has.) fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional, siendo reclasificada en 1979 como Parque Natural, con lo que se pretende compatibilizar la conservación de su patrimonio, natural, histórico y cultural, con el disfrute y acercamiento a la Naturaleza.

Este espacio no presenta grandes alturas, la cota máxima corresponde al Relojero con 609 metros, sin embargo el aspecto general es abrupto debido a sus pronunciadas pendientes. Aunque de elevada complejidad geológica, se puede hablar de manera general de unos materiales más antiguos, dolomias y filitas, en la parte central de la sierra y otros más modernos, areniscas y margas, que abundan sobre todo en el denominado Paisaje Lunar.

Si bien toda la sierra estás surcada por barrancos y ramblas, éstos modelan el paisaje con mayor o menor intensidad según los distintos materiales. Los barrancos de la parte Norte suelen estar encajados en la roca, y circulan perpendiculares a la línea de cumbres.

Los cursos más importantes de este área son el Barranco del Sordo y la Rambla del Valle. Al sur, la Rambla de los Serranos recorre el Paisaje Lunar de oeste a este y recoge las augas de multitud de barrancos y cárcavas que se originan en este tipo de materiales margosos.

El clima es de tipo mediterráneo semiárido. Escasez de lluvias (340 mm/año) y temperaturas de 17ºC como media anual, determinan unas condiciones bastante severas para los seres vivos de estos ambientes.

La mayor parte de esta sierra está cubierta por un pinar de repoblación de pino carrasco (Pinus halepensis).

Bajo este pinar se extiende el lastón (Brachypodium retesum) y entre él, los arbustos palmito (Chamaerops humilis), lentisco (Pistacia lentiscus), coscoja (Quercus coccifera), bayón (Osyris quadripartita) y las enredaderas madreselva (Lonicera Implexa) y zarzaparrilla (Smilax aspera) que abundan sobre todo en umbrías y roquedos inaccesibles.

Las zonas soleadas presentan especies típicas de matorral adaptadas a condiciones climáticas de aridez: esparto (Stipa tenacissima), tomillo (Thymus hiemalis), romero (Rosmarinus officinalis), sillerilla (Fumana ericoides) y albaida (Anthyllis cytosoides) destacan entre las más frecuentes.

En la Rambla del Valle aparecen especies asociadas a cursos de agua, baladre (Nerium oleander), mirto (Mirtus communis), carrizo (Phragmites australis) y algunos ejemplares de almez (Celtis australis) y olmo (Ulmus minor).

El mundo animal está representado por numerosas especies siendo las aves y los insectos los grupos más evidentes.

También se pueden observar rapaces como el ratonero común (Buteo buteo), y el cernícalo (Falco tinnunculus). En las zonas soleadas del Paisaje Lunar habitan perdiz (Alectoris rufa), abejaruco (Merops apiaster), cogujada (Galerida cristata), etc.

La situación estratégica de la Sierra de Carrascoy, dominando los Valles de los ríos Segura y Guadalentín, ha sido desde la más remota antigüedad objeto de atención para las diferentes culturas que en ella se han desarrollado.

Desde la Edad del Bronce, se han sucedido asentamientos argáricos, ibéricos, romanos, visigodos y árabes, que han encontrado su morada en estos parajes y han dejado su huella en los numerosos yacimientos arqueológicos que se encuentran en esta zona.

ACCESOS:

A partir de los sigos XV y XVI el protagonismo de la sierra del Valle va cediendo a favor de la vida urbana, a la vez que se ve sometida a una explotación continua de sus recursos forestales, provocando una degradación paulatina del suelo. Las reforestaciones que se han sucedido a lo largo de este siglo han contribuido a darle el aspecto boscoso que podemos observar.

En la actualidad, esta zona constituye un centro de esparcimiento, recreo y estudio para multitud de murcianos.

CALLES Y LUGARES DEL CASCO URBANO DE LA ALBERCA

LA PUERTA DE PURCHENA

La Puerta de Purchena, plaza y patio de los vecinos de la ciudad, con sus casas de principios de siglo, nació del anchurón que se abría ante la musulmana Puerta de Pechina, que cambió el nombre cuando aquella mañana gloriosa del 26 de diciembre de 1489, el cortejo triunfal de los Reyes Católicos transpuso sus umbrales y lo dejó en herencia.

Sendos documentos de los años 1712 y 1775 citan una "Calle de la Alcantarilla" sin indicar su ubicación.

Posiblemente hacen referencia a la Rambla de Alfareros, que cruzaba el anchurón que entonces era la actual Puerta de Purchena, surmontada por un puentecillo, por encima del cual pasaba la acequia que traía el agua de Alhadra desde el repartidor del Molino de la Torre a los aljibes del Tenor Iribarne.

El libro del Repartimiento, última década del siglo XV, señala en este anchurón "una tahulla de huerta...que es cerca de la pontezuela, que tiene XVIII morales e otros árboles...e tiene su torre e alberca e aceña". Al- Cantarilla= El Puentecillo.

Uno de los estribos de este puentecillo se ha descubierto recientemente en el tramo de la Rambla de Alfareros (Pablo Iglesias) inmediato a la Puerta de Purchena. La acequia se orientaba desde aquí a la esquina de la muralla e iba a los aljibes.

Bautizados los mudéjares almerienses después de la rebelión de 1500, el cementerio musulmásn de la Puerta de Pechina comenzó a desaparecer, transformado en cantera de materiales de construcción.

En 1931, durante la Segunda República, se le cambió el nombre por el de Ramón y Cajal, sabio de fama internacional que no pudo con el de Puerta de Purchena.

El siete de marzo de 1989 el Servicio General del Patrimonio Histórico de la Consejería de cultura de la Junta de Andalucía gestionó el expediente para declarar la Puerta de Purchena y su conjunto -plazas de San Sebastián, Manuel Pérez García y Carmen, Paseo de Almería, calles de Pablo Iglesias y Obispo Orberá- Bien de interés cultural.

El 26 de febrero de 1991 el Consejo de Andalucía declaró Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico a la Puerta de Purchena, después que el Tribunal Constitucional le reconociera tal derecho.

LA CHANCA Y LAS CUEVAS DE PONIENTE

En la Chanca están las raíces más antiguas de Almería. A uno y otro lado de la rambla se levantaron las primeras casas de la población, que luego pasó a saltos de canguro de rambla a rambla hasta convertirse en la ciudad de Almería.

Desde la orilla de la mar, desde el lecho mismo de la rambla, convertida en la avenida más bonita de la ciudad, arrancan las calles en ordenadas hileras de casas humildes; pronto comienzan a torcerse para adaptarse el terreno, para acabar desflecándose en grupos sueltos, en casas aisladas por las barrancas y cerrillos desprendidos de la sierra, hasta alcanzar las cornisas más altas y festonearlas de cuevas.

Parece el lienzo revuelto de un pintor loco que hubiera mezclado miles de cubos de quebradas esquinas con los colores más vivos de su imaginación. En esta sosegada anarquía, tratan de ordenar valores rambla, el espolón de la Alcazaba y el cerro de las Palomas y de estas fuerzas en tensión de forma, color y sonido se forma la Chanca. Y sobre la Chanca y las cuevas, el sol.

EL PASEO


La Avenida del Generalísimo ha sido la meta ideal de todas las reformas urbanas durante los últimos ciento cincuenta años. Constituye la revolución urbanística más radical en la historia de Almería, cuya evolución vital se aparta y orilla en sus aceras; a un lado la Almería antigua, encorsetada y rígida dentro de las murallas hasta hace un siglo; al otro la Almería moderna, ágil, activa en su expansión. Dos nombres lo diferenciaban: El Paseo, bullicioso, alegre y popular y El Boulevard, reposado, sereno, aristocrático. Dos nombres que han quedado, porque significan la ilusión lograda de la ciudad. Y en medio, unas palmeras.

El Paseo ha cambiado de nombre siete u ocho veces. En 1857 Paseo del Príncipe. En 1868 Paseo de Cádiz, en 1868 Paseo de Ramón Orozco, en 1873 Paseo del 30 de Julio de 1873, en 1875 Paseo del Príncipe, en 1931 Avenida de la República, en 1939 Avenida del Generalísimo y en 1983 Paseo de Almería. Y debía llamarse Paseo de la Primavera Perenne.

EL PARQUE


Es el Parque por antonomasia. El decano de todos los parques de la ciudad y de la provincia. El solar se deslindaba en el siglo XVIII entre la muralla sur de la ciudad y la playa. Parque de Nicolás Salmerón: Reina Regente- Avenida del Mar. El Parque Viejo, hasta 1931 Parque de Alfonso XIII. De 1931 hasta 1939 Parque de Nicolás Salmerón. Todo el Parque, El Viejo y El Nuevo, de 1939 hasta 1979 Parque de José Antonio. Después de 1979 Parque de Nicolás Salmerón.

En una de las casas del Parque Viejo hubo un almacén de descascarillar almendras a golpe de mazo. En 1910, en el nº 10 estuvo la Junta de Obras del Puerto. En 1913 el Ayuntamiento cede a la Junta de Obras del Puerto los terrenos comprendidos entre el Paseo de San Luis- el Malecón hasta la rambla de la Chanca para que haga el Parque y lo conserve para el público. En 1939 desaparece el barrio de Pescadores y se prolonga el Parque. En el nº 19 se instala la Compañía Transmediterránea.

El Parque queda partido en dos zonas: el Parque Viejo -obra de José María de Acosta- desde la rambla de la Chanca hasta la rotonda de la fuente de Perceval, y el Parque Nuevo -diseño de Guillermo Langle Rubio- desde esta rotonda hasta la avenida de la Reina Regente.

LA CALLE REAL


Es el Parque por antonomasia. El decano de todos los parques de la ciudad y de la provincia. El solar se deslindaba en el siglo XVIII entre la muralla sur de la ciudad y la playa. Parque de Nicolás Salmerón: Reina Regente- Avenida del Mar. El Parque Viejo, hasta 1931 Parque de Alfonso XIII. De 1931 hasta 1939 Parque de Nicolás Salmerón. Todo el Parque, El Viejo y El Nuevo, de 1939 hasta 1979 Parque de José Antonio. Después de 1979 Parque de Nicolás Salmerón.

En una de las casas del Parque Viejo hubo un almacén de descascarillar almendras a golpe de mazo. En 1910, en el nº 10 estuvo la Junta de Obras del Puerto. En 1913 el Ayuntamiento cede a la Junta de Obras del Puerto los terrenos comprendidos entre el Paseo de San Luis- el Malecón hasta la rambla de la Chanca para que haga el Parque y lo conserve para el público. En 1939 desaparece el barrio de Pescadores y se prolonga el Parque. En el nº 19 se instala la Compañía Transmediterránea.

El Parque queda partido en dos zonas: el Parque Viejo -obra de José María de Acosta- desde la rambla de la Chanca hasta la rotonda de la fuente de Perceval, y el Parque Nuevo -diseño de Guillermo Langle Rubio- desde esta rotonda hasta la avenida de la Reina Regente.

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