Qué ver en Menorca

Menorca cuenta con 11 pueblos o centros urbanos importantes. De ellos destaca Mahón por se la capital administrativa de la isla, Ciutadella por ser la antigua capital aglutina la mayor cantidad de palacios y residencias señoriales, así como la Catedral de Menorca. Les sigue Alaior tercera población en importancia de la isla, y, Mercadal, Ferreries, Migjorn, Sant Lluis, Es Castell, Sant Climent, Fornells o Llucmaçanes, que no tienen nada que envidiar a las anteriores, se trata de poblaciones más pequeñas cargadas de encanto.

Menorca es la segunda isla (en cuanto a tamaño) del archipielago balear, precedida de Mallorca, y seguida por Ibiza, Formentera y Cabrera. Con una extensión de unos 50 Km de Este a Oeste, y más de 200 Km de costa, Menorca es la única de las tres islas principales que se ha mantenido relativamente virgen. El turismo masivo ha sido controlado por una estricta regulación urbanística, que unida al carácter isleño a conseguido evitar la urbanización descontrolada de las costas. Esto ha permitido mantener el carácter menorquín de amor a su isla, y no caer en (y no es crítica) en la invasión turística que sufren las otras islas.
A pesar de su corta extensión en el terreno, Menorca ha sido, desde siempre, un enclave estratégico en el Mediterráneo. A lo largo de los siglos y de la historia, las principales potencias europeas y árabes se han disputado su dominación (ingleses, franceses, musulmanes y españoles). Sea por conquista, por tratados,... Menorca ha ido cambiando de manos a lo largo de su historia. Solo cabe recordar que las principales civilizaciones han tenido en Menorca un punto de referencia en sus rutas comerciales o de control del Mediterráneo, desde los Fenicios, griegos, romanos, hasta el tratado de 1802, por que Menorca paso a depender de la administración española definitivamente.
Hoy en día Menorca ha desarrollado una industria propia basada en el calzado, la bisuteria y los productos lácteos, sin olvidarnos claro de la principal fuente económica de la isla, el turismo, que gracias a todo sigue bajo un carácter moderado y controlado.

Pero Menorca no acaba en la oferta de sol y playa, tiene una gran oferta cultural por ofrecer, además de la belleza natural de sus paisajes. En ella encontramos algunos de los yacimientos más antiguos de la prehistoria europea (La Naveta des Tudons es considerada el edificio de dos plantas más antiguo de Europa). Los yacimientos se hallan espacidos por toda la isla (principalmente en la zona sur centro) y demuestran una civilización muy ordenada durante el periodo talayótico.
En cuanto a la flora y fauna, nos encontramos con especies que solo existen en esta pequeña isla, como particularidad recordar las especies de Sargantanas que habitan en los islotes que rodean la costa menorquina, cada una tiene su propia variante, quizás la más conocida sea la Sargantana Negra de la Isla del Aire.

Y, evidentemente no podemos olvidarnos de sus fiestas populares que se celebran durante el verano en cada uno de los pueblos de la isla. Los caballos, la tradición y la fiesta se aunan para ofrecer una festividad de lo más atractiva y única.