Qué ver en San Sebastian De Los Reyes

Allá por el año 1488, algunos vecinos de la villa de Alcobendas, hartos ya de los abusos de poder del señor de aquellos lares, Juan Arias de Ávila, huyeron de allí y se asentaron en unas cercanas tierras de realengo.

Pero no acabó aquí la historia de su liberación, pues recogen las crónicas que el ya mencionado Juan Arias de Ávila, futuro Conde de Puñonrostro, ofendido por la valentía y arrojo demostrado por los primeros moradores de estas tierras, alentó todo tipo de tropelías contra los que serían a la postre los primeros habitantes de San Sebastián de los Reyes.

Pero semejante situación no arredró a estas buenas gentes, que supieron bien a quien acudir para pedir defensa y auxilio frente a las malas artes del Señor de Alcobendas. Y así fue como los vecinos esperaron el paso de Isabel y Fernando, Reyes para más señas, que venían de Alcalá de Henares y se dirigían hacia Madrid. Y sabiendo los sabios moradores de estas tierras que era paso obligado el Puente de Viveros, allí esperaron pacientemente el paso de los Reyes, hasta que ya frente a Isabel y Fernando, oyeron las palabras de estas gentes y ordenaron (por ser cosa justa y santa) que siguiesen fundando el lugar sin que nadie les pusiese impedimento; y puesto que la ermita a cuyo alrededor vivía se llamaba de San Sebastián, el lugar se llamase San Sebastián de los Reyes.

Se fijó el inicio legal de la andadura de este pueblo en el año del señor de 1492, merced a la Real Cédula de 2 de mayo que Isabel y Fernando ordenaron expedir, y que su cancillería redactó en la villa vallisoletana de Medina del Campo.

Es por tanto San Sebastián un municipio joven, con tan solo 500 años de historia.

Después de tres siglos en los cuales los moradores de estas tierras disfrutaron del sosiego de una vida plácida y tranquila, hubieron de enfrentarse a la dominación de un nuevo amo. La invasión francesa, allá en el 1808, fue sufrida en San Sebastián con la resignación y el buen talante que se le puede pedir a un pueblo cuando ve amenazada su soberanía.

Y así fue como muchos vecinos de San Sebastián hubieran de alojar, muy a su disgusto, a los soldados franceses que acamparon en la población. Terminada la contienda, en la que se logró con mucho esfuerzo expulsar de las tierras españolas al invasor extranjero.

Hoy, San Sebastián es una ciudad moderna, con casi 60.000 habitantes que disfrutan de los servicios de una población que está bien situada en el tiempo que le toca vivir.