En 1994 fue reabierta al público esta iglesia de finales del XVIII, tras varios años de concienzuda limpieza de los frescos con que Goya iluminase su cúpula. Alrededor de una barandilla que circunda todo su perímetro surgen personajes castizos, madrileñisimos -majas,chulos y chisperos- cuyas actitudes giran en torno a la vida, milagros y tentaciones de San Antonio. A la ermita más popular de Madrid acuden año tras año las modistillas para pedirle novio al Santo de Padua.