Qué ver en Chantada

El primitivo nombre de Chantada se deriva, según algunos autores, del modo de defensa utilizado contra los invasores normandos y agarenos (siglos IX y X): la plantada, un tipo de fortificación hecha con estacas; aunque otros lo relacionan con la reedificación de la villa tras la batalla de Camporramiro (siglo X).

Los primeros datos históricos referidos a actual municipio de Chantada se encuentran vinculados con la cultura castreña. De hecho, existen en la zona numerosos castros, tales como los de Líncora, Centulle, San Fiz o Candad, antiguo solar de los Taboada anegado por el salto de Belesar. Varios autores coinciden en señalar que la villa se llamó, en los primeros tiempos, "Faro Brigancio", término del que más tarde derivaría el topónimo de Brigos.

Posteriormente, el cambio de nombre por el actual estaría relacionado con las tentativas invasoras de los normandos, como ya comentamos. La instalación monacal fue vital en estas tierras, antes de que los señores feudales ejerciesen su poderío sobre ella, que terminaría con la revuelta Irmandiña. Aquí existieron numerosas fundaciones monacales como la de Santa María de Pesqueiras, antiguo cenobio de monjas benedictinas anexionado en el siglo XV al monasterio de San Paio de Antealtares. El pasado de las familias nobles y de las casas fuertes ha dejado una huella imborrable en la historia de estas tierras. Siguiendo a Vázquez Seijas podríamos decir, que en la jurisdicción de Chantada ejercieron señorío la casa de los Fernández de Temes, los marqueses de Astorga, los Boanes, el conde de Altamira o, incluso el Cabildo de la Catedral de Lugo. La Torre de los Moure, (vinculada al mayorazgo de Chantada por Suero de Moure), la casa fuerte de los Temes, la casa de los Eiriz, la Torre de Merlán, la Torre de Cancelo y la de Quinteliña son algunas realidades de una rica huella histórica que ha dejado su impronta. A la rebelión Irmandiña siguió un período de inestabilidad hasta la reorganización administrativa del siglo XVI.

A partir de ese momento, Chantada pasó a ser cabeza de jurisdiccción del señorío laical en la que entraron a formar parte veintinueve feligresías y siete cotos, y, dentro de los términos del actual municipio, la jurisdicción de Asma. Suprimidas las jurisdicciones y mayorazgos después de las Cortes de Cádiz, Chantada se convierte en partido judicial y en municipio. También en el siglo XIX Chantada jugó un destacado papel durante la segunda guerra carlista, en gran parte determinado por el levantamiento de Fernando Gómez el Ebanista.