La construcción de la iglesia se inició en el siglo XIII y se concluyó en el XVII. Uno de los elementos más característicos es la portada plateresca de finales del XVI, con abundante decoración de grutescos, medallones de San Pedro y San Pablo, escudos episcopales y rematada por un relieve de Santiago Matamoros.
El interior está presidido por una grandiosa nave con tramos de arcos fajones cubierta en el XVII con bóveda de medio cañón y el presbiterio con bóveda de cañón con casetones. Destaca el camarín barroco del Cristo de la Veracruz, enmarcado por columnas salomónicas, bóveda ochavada y profusa decoración vegetal, frutas y querubines, evangelistas y alegorías de la vida y muerte de Cristo. Conserva una pila bautismal mudéjar.