Esta agradable localdiad situada entre las altas montañas del norte de la provincia y que tiene como compañero paisajístico al río Garona, afluente del Río Gallego, es un lugar únci y apacible rodeado de suavez colinas y verdeantes cuestas.
Con un casco urbano e histórico realmente pintorescos, destacan elementos arquitectónicos y culturales desde el siglo XVI hasta el XIX.
A mi parecer, un tesoro por descubrir.
Típicas casas de piedra, pueblo original pirenaico.
Estuvimos en una casa rural 1 semana.
En definitiva: NATURALEZA 100% Y PAZ