Fuentelencina

Qué ver en Fuentelencina

(1 Opinión)
Foto: mi§oad

Fuentelaencina ha sido en siglos pasados uno de los más importantes enclaves poblacionales, y de los más prósperos económicamente, de toda la Alcarria. Tras la reconquista, fue repoblada por los reyes castellanos, y dada como aldea al alfoz de Zorita, perteneciendo, por tanto, al amplio territorio que la poderosa Orden de Calatrava tenía en la Alcarria baja. Su importancia empezó a ser reconocida en el siglo XIV, pues en 1369 fué declarada Villa por el maestre don Pedro Muñiz, y aunque continuó en el Común de Zorita, consiguió le fueran reconocidos sus propios y antiguos usos y costumbres. El siglo XVI vió crecer su riqueza, fueron puestos en producción nuevos viñedos, que producían vino en competencia con Illana; sus olivares daban miles de litros de aceite; sus industrias alcanzaron producción abundante y de calidad: jabones, curtidos, y aún elaboración de seda pusieron a comienzos del XVII, aunque esta última fué boicoteada por los de Pastrana, y al fin desmantelada, con lo que durante el siglo XVIII comenzó la decadencia de esta villa, que había dado un ejemplo perdurable de trabajo, de unión y de tenacidad.

El aspecto actual de Fuentelaencina, es un pálido reflejo de los antiguos tiempos. La calle mayor, por donde hoy discurre la carretera, muestra casas soportaladas, índice en lo pretérito de holgura económica. Este tipo de soportales corridos se ve aún en optras calles y en la plaza, habiéndose perdido ya gran parte de la extensión que anteriormente había alcanzado este modismo constructivo en Fuentelencina. También se ven grandes caserones de portadas adoveladas, balcones y ventanales cercados de sillería y cubiertos sus vanos con buenas rejas y muestras valiosas de forja popular. El tipo de construcción rural, a base de mampostería y sillar en el piso bajo, y entramado de madera visto o revocado en el superior, con grandes aleros de madera tallada, es muy típico de la comarca alcarreña, pero aquí en Fuentelaencina se muestra en mayor cantidad y con más relevante pureza que en otras partes. La plaza mayor es un conjunto interesante, lastimosamente adulterado en los últimos años. En su centro aparece una fuente con gran pilón, y gran olma centenaria. Destaca sobre todo, en su costado norte, el edificio del Ayuntamiento, que muestra en su frente una doble galería abierta, con ocho columnas bajas y otras tantas en el piso principal, que soportan arquitrabados dinteles por medio de sencillos capiteles y zapatas de madera tallada, conformando un elegante conjunto de construcción civil renacentista, obra sin duda, de mediado el siglo XVI. A un extremo del muro inferior aparece la puerta de ingreso, que es de doble arco con columna central, y se escolta de tres escudos (el del Emperador, el de la Villa y otro no identificado). Al iterior aparece sencilla escalera y amplios salones. La iglesia parroquial está dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Edificio suntuoso, de mediado el siglo XVI, de robusta fábrica de sillarejo y sillar en esquinas y contrafuertes. En el ángulo norte se levanta la bella torre culminando en agudo chapitel. Al mediodía se abre la puerta de entrada, que en su origen estuvo protegida por atrio porticado, sustentado por recios pilares rematados en capiteles renacentistas muy bellos. El interior es de tres naves, separadas por gruesos pilastrones, todo revocado de yeso sin detalle alguno de interés. Lo más interesante de este templo lo constituye el gran retablo mayor, obra de estilo plateresco, con abundantes pinturas y esculturas, de mediado el siglo XVI, y del que se sabe que la estructura y escultura fueron realizadas por Nicolás de Vergara el Viejo y Bautista Vazquez, ayudados por el cuñado de éste, Juan de Oviedo, todos éllos de escuela toledana, siendo debidos otros relieves a la mano de Martín de Vandoma, de la escuela seguntina. La pintura es de Diego de Madrid, también de Sigüenza. El cuadro de la Inmaculada que ocupa el lugar del antiguo Sagrario es obra de Mariano Salvador Maella. Fue realizado hacia 1557 y costeado por el arzobispo toledano Cardenal Silíceo y el Concejo de Fuentelencina. Se puede calificar, sin duda, como el mejor retablo plateresco conservado actualmente en la provincia de Guadalajara. Se rodeó la villa de una muralla total, de la que hoy se ven muy escasos y fragmentarios restos entre las casas. Algo que no debe dejar de admirar el viajero es la llamada fuente de abajo, un magnífico conjunto rural que se encuentra en el cruce de caminos que van hacia Alhóndiga y Valdeconcha, en el fondo del vallejo que por el sur rodea a Fuentelaencina; se puede llegar en automóvil siguiendo las indicaciones de los vecinos. Se compone de un gran recinto rectangular, rodeado de alta barbacana de sillarejo, con ancho acceso a poniente, escoltado de tallados flameros renacentistas. Al fondo, un alto muro de sillar da salida a seis bocas de agua, que lo hacen a través de otras tantas cabezas de león, ya desgastadas por el tiempo y la humedad. Dos enormes olmos centran y cobijan el conjunto, que se completa de varios pilares, lavadero y acequias que llevan el gran caudal sobrante hacia el arroyo, y aun sirve para fertilizar numerosas huertas y frutales. Es obra de mediado el siglo XVI, que conserva íntegro el primitivo ambiente.

Mas información en http://www.fuentelencina.com

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Opiniones sobre Fuentelencina

Enrique Alejandre
Estoy haciendo un trabajo sobrer Guadalajara en los siglos XVII Y XVIII. Se dice en el artículo que la produccion de seda de Fuentelaencina fue boicoteada por Pastrana. Estoy interesado en ello. ¿Alguien me podría indicar donde hay documentación al respecto (libros, revistas...)?
Gracias de antemano. Enrique
23/11/2008 10:55


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