La Alhambra y El Generalife

Un paseo desde el centro de la ciudad hacia la colina roja en la que se asienta el más bello complejo de arte hispano-árabe de la cultura nazarita.

Se comienza en la Puerta Real y se toma la calle de los Reyes Católicos, por debajo de la cual sigue el curso del Darro, que fue canalizado a principios del siglo XIX. A la derecha, en la plaza del Carmen, se encuentra el Ayuntamiento, instalado en el edificio que fuera convento de Carmelitas Calzados y cuya construcción concluyó en 1627.

Cerca, en la calle Mariana Pineda, 40, se encuentra el Corral del Carbón, antigua alhóndiga árabe, del siglo XIII, en la que destaca la portada de bella ornamentación. En Ia Plaza de Isabel la Católica se levanta, un monumento a la reina a la que acompaña Colón, obra de Mariano Benlliure, realizado en 1892 para conmemorar el cuarto centenario de la llegada a América.

En Ia plaza Nueva se encuentra la Real Chancillería, obra de 1530, según proyecto de Diego de Siloé y fachada del cantero Martín Díaz y del escultor Alfonso Hernández. De esta plaza arrancan dos de los itinerarios turísticos más interesantes de la ciudad: el que conduce al Sacromonte y al Albaicín y el que sube hasta la Alhambra y al Generalife.
Para llegar hasta la Alhambra se sube por la cuesta de Gomérez; se trata, como en otras calles granadinas, de una calle con Puerta, la de las Granadas; tiene tres arcos, y fue levantada en 1536 por orden de Carlos V y encargada a Pedro Machuca. Una vez franqueada se pasa a la alameda de la Alhambra de donde parten tres senderos. Subiendo la cuesta por el sendero de la derecha se llega a las Torres Bermejas, la fortaleza más antigua de Granada. El sendero central conduce al Generalife y el de la izquierda desemboca en una bella fuente llamada el Pilar de Carlos V, obra renacentista del XVI, trazada por Machuca. Junto al pilar está la Puerta de la Justicia, entrada principal de la Alhambra por el lado sur.

Una vez franqueada se sale a la explanada donde se levanta el Palacio de Carlos V, obra de Pedro Machuca. Su maciza construcción, del más sobrio estilo renacentista, contrasta con la delicadeza de los palacios nazaríes. La obra pretendió ser Ia plasmación simbólica de la idea del imperio que quiso encarnar Carlos V. El edificio tiene planta cuadrada y sus dependencias se organizan en torno a un grandioso patio circular. El palacio alberga el museo de Ia Alhambra y el de Bellas Artes.

La Puerta del Vino es la que daba acceso a la parte alta de la Alhambra; el arco de herradura apuntado de su fachada principal mira hacia la Alcazaba. La explanada que se abre al otro lado recibe el nombre de pieza de los Aljibes.
La Alcazaba es, junto a las Torres Bermejas, la obra más antigua del conjunto; su construcción data del siglo XIII y fue realizada sobre antiguos vestigios de construcciones defensivas. En estas dependencias se levantan varias torres; la más famosa, la Torre de la Vela, en la que los Reyes Católicos instalaron una campana que con sus tañidos marcaba los turnos de riego en la fértil vega granadina; esta torre ocupa la posición más elevada de toda la Alhambra; merece la pena subir la escalera hasta llegar a la plataforma superior desde la que se divisa un fabuloso paisaje. En la parte interior de la Alcazaba está la Plaza de Armas y a la izquierda hay un jardín, del siglo XVII, llamado el Jardín de los Adarves. Saliendo por la Puerta del Vino y atravesando el jardín ante la fachada del Palacio de Carlos V, se desciende por unas escaleras a los Palacios Reales Nazaríes que ocupan la parte más septentrional y baja de la colina; los conforman edificaciones comunicadas entre si, alrededor del Patio de los Arrayanes y del de Los Leones; tres núcleos destinados cada uno de ellos a funciones específicas de la vida de palacio: el Mexuar, o cuarto Dorado, edificio destinado a la administración del reino, en el que se encuentra la sala de Justicia donde se reunían los emires con sus ministros en consejo; el Serrallo, o cuarto de Comares, destinado a Ia residencia oficial del rey; en el Harén, el tercer núcleo, se situaban sus aposentos privados.

La entrada se realiza a través de un pequeño zaguán descubierto y conduce a una puerta que abre paso al Mexuar. En el siglo XVI se instaló una capilla de la que queda la balaustrada del coro que está al fondo de la estancia. Desde aquí se pasa al oratorio, una pequeño sala, restaurada a principios del XX. El mihrab tiene un bello arco de herradura ornamentado con inscripciones de alabanzas a Alá. El oratorio da paso al patio del cuarto Dorado que comunica el Mexuar y el Serrallo; el centro lo ocupa una fuente que es réplica de la original, que fue trasladada al jardín de Daraxa en el siglo XVI. Al norte del patio está el cuarto Dorado, levantado en tiempos de Mohammed V.
En el lado opuesto del cuarto Dorado está el cuarto de Comares, la parte principal de los alcázares, construido por el sultán Abul-Hachach-Yusuf I. Su fachada es de gran belleza. En el centro está el Patio de los