El Sacramonte y el Albaicín

El Sacramonte y el Albaicín

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El paseo parte de la Plaza Nueva y continúa por la plaza de Santa Ana. Aquí se encuentra la Iglesia de Santa Ana, de influencia mudéjar; su construcción data de 1537, según obra de Diego de Siloé. Destaca la torre mudéjar. La capilla Mayor está cubierta por un espléndido artesonado morisco.


El Darro discurre aquí paralelo a la calle y los edificios de la derecha hunden sus cimientos en su ribera. Por la derecha se asciende al barrio de la Almanzora, a los pies de la Alhambra.


Al inicio de la Carrera del Darro, en un pequeño callejón se encuentra la Casa de los Pisa, palacio en el que murió San Juan de Dios en 1550. En la actualidad el edificio, de Ia orden de los Hospitalarios, alberga una rica y variada colección de obras artísticas. Destacan esculturas de Pedro de Mena, Montañés y alguna atribuida a Berruguete, y una importante colección de tablas flamencas del siglo XVI.


Frente al primero de los puentes, el de la Cabrera, surge una callecita que lleva al bello rincón donde se alza el Convento de Santa Inés, fundado en el siglo XVI.


Frente al segundo puente, llamado el puente de Espinosa, se encuentran los baños árabes conocidos como El Bañuelo, del XI.


Algo más adelante está el Convento de Santa Catalina de Zafra, fundado en 1520. Su pórtico es de estilo renacentista. El templo guarda interesantes tallas; entre las edificaciones que forman parte del convento hay una casa árabe del XIV y un bello patio del siglo XVI.
Cerca del Convento de Santa Catalina, en la calle San Juan de los Reyes se encuentra la iglesia del mismo nombre, que fuera levantada sobre una mezquita de la que se conserva su minarete original del siglo XIII, convertido en campanario.


De nuevo, en Ia Carrera del Darro, 41 está el Museo Arqueológico, situado en un palacio conocido como Casa Castril. La fachada es plateresca. En su interior destacan la escalinata y el patio.
Enfrente está la Iglesia de San Pedro, con claustro abierto sobre el río, que se levantó en 1570 sobre el solar de una mezquita. Algo más adelante, en la acera opuesta está el Convento de San Bernardo.


El puente del Aljibillo da paso a dos recorridos interesantes: uno, al frente, por la Cuesta del Rey Chico, que separa los cerros del Generalife y de laAlhambra, en cuyas pendientes hay bellos cármenes, casas rodeadas de huertas con cipreses. A la izquierda, un camino que sigue el curso del río conduce hasta la Fuente del Avellano.
Para subir en dirección al Sacromonte y al Albaicín, hay que tomar la Cuesta de Chapiz. A mano derecha se levanta el Palacio de los Córdova, reproducción del original construido entre 1530 y 1592.
Cerca se encuentran los Casas del Chapiz, construidas en el siglo XVI. En la actualidad albergan la Escuela de Estudios Arabes de Granada.


Las Casas del Chapiz hacen esquina con el inicio del camino del Sacromonte. Buena parte de las viviendas de este barrio popular, tradicionalmente habitado por gitanos, están excavadas en el monte y son una clara muestra de arquitectura popular. En algunas de estas cuevas se celebran espectáculos de cante y baile flamenco conocidos como zambras. El camino va ascendiendo por la ladera de la colina de Valparaíso; el primer tramo termina en la Ermita del Santo Sepulcro, el final está marcado por la Abadía del Sacromonte, que guarda valiosas piezas artísticas.
Hay que desandar lo avanzado hasta la Cuesta del Chapiz para iniciar la ruta del Albaicín. En el Albaicín había abundantes industrias textiles, de seda y de tintes y numerosas mezquitas, que luego se convertirían en iglesias cristianas. Conserva un buen número de los aljibes y de los cármenes de antaño. Para visitar el barrio se proponen varias rutas de interés.


La Cuesta llega hasta la plaza del Salvador, centro del Albaicín alto, donde se levanta la Iglesia del Salvador en el lugar que ocupara la Mezquita Mayor. En la parte más alta del cerro del Aceituno está la Ermita de San Miguel que corona la muralla. Desde aquí, por la calle de San Luis se llega hasta la plaza de la Cruz de Piedra, desde donde se ve la Puerta de Fajalauza (Bib-Fagg-Allauz) abierta en la muralla que desciende del cerro del Aceituno; esta puerta, que servía de acceso a la zona en la que vivían los artesanos alfareros, ha dado nombre a la cerámica de colores azul y verde que se elabora en el barrio siguiendo la técnica de los moriscos.


En el extremo final del lado oeste de la plaza de la Cruz de Piedra está el callejón de San Gregorio en el que se levanta el Convento de San Gregorio Magno. A la izquierda, por la calle del Blanqueo Viejo, se llega a la calle del Conde y a la plaza del mismo nombre. En las inmediaciones está la singular Placeta de las Estrellas, donde se levanta el Carmen de las Tres Estrellas; en la calle del Pagés se encuentra la curiosa Casa de los Mascarones. El callejón de Mataderillo y la calle larga de San Cristóbal desemboca en la carretera de Murcia, donde está el Mirador de San Cristóbal, que ofrece una de las más completas vistas de Granada. Si se sigue

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