En la comarca natural del valle del Riánseres, en plena Mancha conquense, encontramos este bonito pueblo, bañado por los ríos Bedija y Riánseres.
Para conocer el origen de su topónimo, necesitaremos remontarnos a las relaciones de Felipe II, dónde este afirmaba que el nombre de Fuente de Pedro Naharro se debía a la existencia de una fuente en la villa de abundante agua, la cuál se encontraba en una zona dónde un tal Pedro Naharro tenía un cortijo o heredad, razón por la que los primeros pobladores comenzaron a llamar Fuente de Pedro Naharro a este lugar.
La localidad tiene una superficie de 63'7 km2, se encuentra ubicada a unos 812 metros sobre el nivel del mar y posee una población estimada de 1.360 habitantes.
Su climatología se engloba dentro del tipo mediterráneo- continental, caracterizado por inviernos muy fríos y veranos calurosos, con un índice escaso de pluviometría.
En cuanto a la arquitectura religiosa del pueblo, destaca la iglesia parroquial de San Andrés Apóstol, de estilo barroco, edificada entre los siglos XV y XVI, con planta de cruz latina y torre- campanario de cuatro huecos.
Otro templo destacacado, es sin duda la ermita de la virgen de La Soledad, patrona del pueblo, construida en el siglo XVIII y realizada en piedra de sillería.
Las fiestan patronales del pueblo tienen lugar el tercer fin de semana de Septiembre, en honor a Nuestra Señora de la Soledad. Destacan por sus tradicionales y conocidos Toros de fuego, que culminan la noche con una gran Carretillada.
El primer domingo de Mayo se celebra otra festividad, en honor a Santa Águeda, la virgen de las meriendas, con su típico hornazo.