Qué ver en Doña Mencia

No imaginó aquella Doña Mencía López de Haro en el siglo XIII que daría nombre a un pueblo blanco guardado por un anillo de sierras, cuyas gentes y costumbres cautivaron más tarde al escritor Don Juan Valera, hasta el punto de llevarlas a sus novelas Juanita la larga y Las tentaciones del Doctor Faustino. Con sus calles angostas y quebradas, de sugerentes nombres como Bendición o Recodos, aún es aquel "lugar umbroso y deleitoso".

Doña Mencía fue fundada en 1415 por el mariscal de Castilla Diego Fernández de Córdoba, que había recibido en donación la villa de Baena y su término, al que pertenecía este territorio. Obtuvo Diego permiso del regente don Fernando de Antequera para fundar población y edificar una fortaleza en la heredad llamada Doña Mencía (bautizada así en el siglo XIII en honor de su esposa, doña Mencía López de Haro, por Alvaro Pérez de Castro, adelantado de la frontera, que había recibido estas tierras de Fernando III). En 1420 es poblada por veinte vecinos oriundos de Baena, a los que se eximió de tributos. Doña Mencía logró su independencia municipal en 1653, y constituyó ayuntamiento, si bien el gobierno local seguía controlado por los Condes de Cabra y señores de Baena, a cuyo dominio señorial pertenecía.