Qué ver en Piedrabuena

Villa situada en el norte del Campo de Calatrava.

Su nombre se deriva de Peta Bona, aludiendo a las tierras pedregosas de origen volcánico de gran calidad. En su término existen varios castros romanos y por él pasaba una vía romana. Es un bello pueblo, con deliciosos paisajes, sobre todo los del río Bullaque, apropiados para el deporte de la caza mayor y perdiz roja.

El núcleo urbano posee un buen trazado; el sector central está orientado al sur, en una ladera de pendiente baja, que se acentúa al noroeste. Su planta combina elementos radioconcéntricos (alrededor de la iglesia) y estrellados (a lo largo de las tres carreteras principales, a Toledo, a Ciudad Real y a Badajoz), en ella son frecuentes las plazas ajardinadas y con álamos negros. Los edificios son generalmente de dos plantas, algunos con miradores.

La construcción más monumental es su iglesia parroquial, neoclásica, de grandes volúmenes, una nave con crucero y atrio delantero empedrado con guijarro entre cuadrícula de granito. De notable interés es el castillo de Miraflores del que se conservan muros de más de 6 m de altura, arco de entrada con caja para el rastrillo, parte de una bóveda apuntada y la base de la torre. Se llega a él por la carretera a Tabla de la Yedra -paisaje pintoresco y de interés turístico- y Arroba, tomando la desviación de un camino sin firme.

En el extremo noroeste del núcleo están los restos de las murallas del castillo de Mortara, de piedra arenisca, actualmente plaza de toros; algunos paños son de construcción reciente. Del siglo XIX es un puente sobre el río Bullaque.