Sin lugar a dudas es el monumento como tal de más prestancia de la ciudad. Fue erigido en recuerdo de aquellos que ofrendaron su vida por España, luchando contra los que en nuestras líndes fronterizas habían ultrajado la enseña roja y gualda de la Patria en los años 1859-69.
Lo construyeron con piedra de la cantera de San Amaro, bajo la dirección del ingeniero militar, don José de la Madrid Ruiz. Su altura es de 13,50 metros. En la parte inmediata a los escalones tiene unos bajos relieves en bronce alusivos a hechos guerreros de la campaña de gran belleza plástica, realizados por el artista sevillano Susillo. Recuerdan la intrepidez y heroísmo del general Prim y los voluntarios catalanes.
Posee una cripta que no tiene acceso libre. Para entrar en ella, hay que quitar los escalones que están frente al Palacio de la Asamblea de Ceuta. La inauguración tuvo lugar el 4 de Mayo de 1895, siendo alcalde don Diego Más Fortea. Presidió el acto el Comandante General, Rafael Correa García, General de División, hijo de Ceuta. Esta fecha fue festiva para la ciudad, pues, los restos de los caídos que iban a ser enterrados en la cripta del monumento fueron entregados a la representación del Ejército por el Ayuntamiento de la Cortadura del Valle, desfilando el cortejo por las calles ceutíes con honores de capitán general, hasta la Plaza de África.
Las urnas que contienen las cenizas enterradas en la cripta, pertenecen a los tenientes coroneles D. José Villa y Pérez y D. Antonio Piniés, Jefes de los Batallones de Cazadores de Vergara y Madrid, así como a otros heroicos soldados.