Qué ver en Bareyo

Bareyo es un municipio de la comarca costera, perteneciente al partido judicial de Santoña. Está formado por las localidades de Ajo, Bareyo y Güemes.

Las aguas del mar Cantábrico bañan sus costas y han hecho de él un municipio ganadero y turístico dotado de un hermoso paisaje de contrastes: suaves praderas y hermosas colinas, frondosos bosques y serena ría, escarpados acantilados y tranquilas playas.

Destacan en el municipio el conocido Cabo de Ajo, rodeado de agrestes acantilados –como el de Brenas-, el punto más norteño de toda Cantabria, así como la preciosa Ría de Ajo y sus playas –Cuberris y Antuerta-. También cabe reseñar las atalayas del Rostro, Cárcabo, Urdiales y Quintres; ya que el resto del municipio se caracteriza por relieves de escasa altitud en los que abundan las praderías.

Bareyo cuenta con un patrimonio histórico-artístico de gran belleza e importancia. Destaca en lo religioso la iglesia de Santa María de Bareyo, uno de los más bellos ejemplos del románico de finales del siglo XII, en cuyo interior se encuentra la pila bautismal más original y monumental del románico de Cantabria. También podemos contemplar la calidad de sus esculturas en relieve en capiteles, ya que para observar la belleza del retablo mayor, obra de Rodrigo de los Corrales, tendremos que desplazarnos a la Catedral de Santander, donde actualmente se encuentra ubicado.

No obstante Bareyo cuenta también con otros lugares de especial interés como las iglesias parroquiales y las casonas blasonadas de Ajo -Cuesta, Arredondo, Hoyo- y Güemes -Mazas, Cereceda-. Además se conserva uno de los pocos molinos de mar de Cantabria, aparatos que, en sus versiones marinas o fluviales, abundaban antiguamente en la región.

En el plano gastronómico resaltar alguno de los platos típicos de la zona: la paella de marisco, pescados y nécoras a la plancha, carnes a la brasa, lechazo y cabrito al horno, los callos y los pimientos rellenos. En repostería, tarta de queso y leche frita.