Castillo de San Marcos

Castillo de San Marcos

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Enclavado en el Puerto de Santa María, este castillo fue edificado alrededor del siglo X. En su origen se trataba de una antigua mezquita musulmana, que fue transformada en templo cristiano en el siglo XIII. Volvió a ser transformada en varias ocasiones en siglos posteriores, hasta una última restauración que se llevó a cabo en 1943.


El templo musulmán poseía planta de tres naves dividida en cuatro tramos; patio, alminar o torre y el muro principal o muro de la quibla, en cuyo centro se abría un recinto sagrado -el mihrab-. Tanto el muro de la quibla como el mihrab, aún se conservan en la construcción moderna. A esta primera época correspondería igualmente una antigua inscripción en uno de los accesos primitivos al edificio.




La segunda etapa del edificio se corresponde con su transformación en santuario cristiano, producida a mediados del siglo XIII y vinculada a la conquista castellana de la zona por Alfonso X entre los años 1257 y 1260. La ocupación alfonsí estaba ligada a la elección del lugar -magníficamente situado- como punto defensivo de toda la comarca y centro de aprovisionamiento de la flota castellana para sus expediciones. Todos estos acontecimientos fueron narrados con matices poéticos en las Cantigas de Santa María, en las que también se menciona la reconstrucción del santuario, concluido en torno a 1268-1270. Unos años después debió sufrir remodelaciones al tiempo que se rodeaba a la ciudad de muralla. Posiblemente en 1272 se instaló en él la Orden de Santa María de España.
En la iglesia-fortaleza de Santa María -conocida a partir de los siglos XIV-XV como Castillo de San Marcos- se emplearon sillares y columnas romanas de acarreo. Varias de estas columnas se conservan hoy adosadas a pilares interiores. Esta reforma y construcción cristiana fue comenzada en los primeros años de ocupación castellana y el edificio fue pronto convertido en un importante centro de peregrinación que destacaría como elemento singular de la población.


La reconstrucción le afectó en su totalidad, realizándose una serie de importantes transformaciones en los aspectos exterior e interior. Se abandonó el antiguo eje transversal de la capilla hacia el muro de la qibla, orientándola al lado norte, y abriendo una capilla mayor o ábside que se convertiría entonces en principal. Esta nueva cámara es de estilo gótico y se cubre con bóveda de crucería. La capilla ocupa la planta inferior de la torre principal del castillo -Torre del Homenaje- que se levantó probablemente en el mismo lugar donde podía haber estado el alminar de la antigua mezquita. En su interior se conserva la imagen de Santa María de España del s.XIII.

Con el cambio de orientación, y para adaptar la visibilidad, debió abrirse una puerta en recodo en el lado opuesto al ábside. Se amplió igualmente todo el oratorio a costa del patio -que quedó muy reducido-, contando el edificio a partir de entonces, las siete naves en forma de gran sala que queda a la izquierda de la entrada actual.


La reforma afectó también a la cubrición general abovedada, y al refuerzo y coronamiento de los muros, combinándose los caracteres religioso y defensivo.
El edificio adoptó la forma de un recinto rectangular flanqueado por ocho torres. Todas ellas poseen decoración almohade, están rematadas por almenas en picos y presentan antiguos signos de canteros en sus zonas bajas. El conjunto se rodea de una muralla o cerca no muy alta.



La otra gran transformación se produjo a fines del siglo XV y principios del XVI (1454-1501), cuando se realizaron nuevas obras de reforma y consolidación del conjunto a cargo de D. Luis de la Cerda, duque de Medinaceli. Estas consistieron en el recrecido de las torres incluida la del Homenaje y la torre sur -que ostenta el blasón de la casa de La Cerda-, el refuerzo de la cerca exterior, la apertura de la puerta que da a la plaza y la construcción de un nuevo cuerpo adosado a modo de sacristía, con lo que se potenciaron nuevamente sus valores militar y religioso. Esta nueva pieza es una sala alargada cubierta por bóvedas de crucería góticas y decorada posteriormente con elementos neogóticos entre los que destaca un retablo. Desde la Sacristía, que sería definitivamente finalizada en el siglo XVII por el arquitecto Francisco de Guindos, se accede a la antigua puerta en recodo de la época alfonsí.

Posteriormente sufriría nuevos cambios; así al siglo XVIII corresponden la espadaña y el campanario de la torre principal.


El castillo fue sede del Concejo hasta 1729, año en que se produce la incorporación de El Puerto a la Corona castellana tras un largo período de dependencia señorial de los Medinaceli. Fue utilizado como iglesia hasta el siglo XIX, hasta que a mediados del presente siglo se acometiera la última gran remodelación, en la que el edificio adoptó su actual imagen.
En las reformas realizadas en 1943 por el investigador portuense D. Hipólito Sancho, se restauraron interiores y exteriores, reunificándose su doble origen islámico-gótico: al interior se añadieron arcos de herradura y elementos decorativos como cordobanes, vidrieras, una reja y el recubrimiento interior del mihrab. En el exterior, corresponde a estos años las decoración pictórica de castillos y leones y las leyendas marianas, al igual que toda la restauración de torres y almenas, que en aquellos años se encontraban en pésimas condiciones. Estilos almohade y gótico vuelven a fundirse nuevamente como en su primitivo origen.

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