Hospital de Mujeres

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La calle Hospital de Mujeres de Cádiz debe su nombre al hecho de que a mediados del siglo XVII se dedicaran algunas casas de Cádiz al cuidado y curación de mujeres pobres. No obstante, la capilla que conocemos data del siglo siguiente, siendo una joya monumental de rica y cuidada decoración, y uno de los edificios más representativos del barroco gaditano.
Al morir en el año 1634 el capitán D. Antonio de la Yust, dejó dicho en su testamento que era su deseo que se crease un hospital dedicado a la curación de mujeres pobres, dejando la cantidad de dinero necesaria para el cumplimiento de esta voluntad suya. Más no se sabe por qué causas, sus deseos no se llevaron a cabo hasta el año 1650, en cuya fecha, el capitán D. Manuel Ilibarri, ejecutor testamentario de D. Antonio de la Yust, adquirió para tal fin algunas casas situadas en la calle Columela esquina a Feduchy, entregándoselas en presencia del Obispo D. Francisco Guerra a unas piadosas mujeres que se dedicaban al cuidado de las enfermas desvalidas.
Aspecto de uno de los patios del edificio.
El historiador gaditano Fray Gerónimo de la Concepción en su obra "Emporio del Orbe" atribuye injustamente esta piadosa obra al capitán D. Manuel Ilibarri al decir que "dejó en su testamento en el año 1648 un cuantioso legado para que con él se comprase casa a propósito donde se atendiese a la cura de mujeres pobres o enfermas", cuando lo cierto es que D. Manuel Ilibarri obró cumpliendo cláusulas testamentarias de D. Antonio de la Yust, y con el dinero que éste mismo había dejado para tal fin.
En el año 1647 el obispo D. Fernando de Quesada hizo la consagración de la iglesia y hospital, colocándolos bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen. Fray Gerónimo de la Concepción afirma que el motivo de haberle dado al hospital el nombre de Nuestra Señora del Carmen fue debido a la devoción de una piadosa mujer llamada la Madre Antonia, que desde la fundación de su fábrica había asistido con tanto desvelo y solicitud a los enfermos, que a ella se debió el estado que llegó a alcanzar el hospital.
Escalera imperial que separa ambos patios del edificio
El citado historiador agrega que con frecuencia la veía cruzar las calles vestida con un hábito de Nuestra Señora del Carmen y los pies descalzos, llevando sobre su cabeza cargas de leña y grandes cestos de hortalizas.
Por iniciativa de Fray Isidoro de Sevilla, se fundó en este Hospital, en el año 1694, una de las Compañías Espirituales del Santísimo Rosario.
Transcurridos algunos años, la Marquesa de Campo Alegre, Dª. Jacinta Armengual de Mota, al observar que un gran número de mujeres pobres y enfermas no podían ser atendidas en el Hospital por falta de sitio y medios económicos, legó en su testamento una considerable suma, edificándose, merced a ello, un nuevo Hospital en la calle Obispo Calvo y Valero.
El Obispo Fray Tomás del Valle encargó en 1763 al canónigo Alejandro Pavía la supervisión de las obras, que se prolongaron hasta 1794, siendo el maestro mayor Pedro Luis Afanador su arquitecto.
Una de las escenas del vía-crucis en azulejos que decora las paredes de ambos patios
El edificio se estructura en torno a dos patios separados por una original escalera imperial con seis tramos dobles y otros tantos simples, mesetillas simples centrales y hermosísima cúpula elíptica sobre pechinas en la parte superior, que conducía a las enfermerías. Tanto en la cúpula como en los tramos de escaleras están decorados por yeserías, constituyendo una de las escaleras más interesantes del barroco andaluz.
El primer patio y principal articula en primer cuerpo sobre columnas toscanas y arcos semicirculares y un segundo, cerrado con pilastras que separan los vanos decorados con frontones rotos y óculos de luz. Una dinámica cornisa corona todo el perímetro. El segundo patio es de menos detalle. En ambos es de interés el via-crucis en azulejos del siglo XVIII.
La fachada, como se observa en la foto de cabecera, es de tres cuerpos y decoración barroca con reminiscencias italianizantes, presenta vanos cruciformes en el primer piso, con frontones rotos y óculos en el segundo y ventanas cuadradas entre pilastras jónicas en el tercero.
Las magníficas pinturas al fresco de la cúpula de la capilla son obra de Felipe Abarzuza
La capilla del hospital, con entrada directa desde la calle, es de planta de salón con tres naves a igual altura, separadas por columnas de mármol de orden toscano, que sostienen bóveda vaída, en el crucero. Hacia el año 1920, siendo Obispo de la Diócesis D. José María Rancés y Villanueva, se realizaron importantes obras en esta Capilla bajo la dirección del arquitecto D. Juan Cabrera. Las pinturas al fresco, en la cúpula, alusivas a la Virgen del Carmen, son obra de Felipe Abarzuza. El retablo mayor es neoclásico, cobijando una Virgen del Carmen de la misma época.
El resto de los retablos son barrocos con profusa decoración de estípites y rocalla.
Grupo escultórico de La Adoración de los Pastores.
En el lado izquierdo destaca el grupo escultórico de la Adoración de los Pastores, en tamaño natural, una Inmaculada Concepción barroca sevillana y un lienzo con la aparición de la Virgen a San Cayetano.
En el lado derecho y empezando por los pies, encontramos una pintura de El Greco, "El éxtasis de San Francisco" llena de espiritualidad, un retablo con un lienzo de Dolorosa de la escuela sevillana del XVIII y, ya en la cabecera una urna de reliquias con un busto de un Ecce-Homo.
En sacristías y otras dependencias se encuentran igualmente importantes lienzos.

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