Qué ver en Alcala Del Valle

El término municipal de Alcalá del Valle está situado en el extremo nororiental de la provincia de Cádiz, en un paisaje de campiña, unas veces más alomado y otras más llano, de tierras cultivadas por cereal y olivos. En las partes norte y este aún quedan restos de encinas y quejigos. Ocupa una extensión aproximada de 48,85 Km2, que se halla limitada por los términos de Pruna (Sevilla), Cañete del Real (Málaga), Setenil de las Bodegas, Torre Alháquime y Olvera. Son varios los arroyos que la riegan, entre ellos el que nace en el campo Sotillo y discurre por el mismo pueblo en dirección a Setenil, engrosado ya con un pequeño afluente que parte de los montes Benamejí. El terreno es poco accidentado, aunque en los confines orientales se alzan las sierras de Líjar y Terril, que lo separan de la provincia de Sevilla.

El clima es de los más fríos de la provincia gaditana. En la parte de monte existen encinas y quejigos. La agricultura es rica en granos, árboles frutales y hortalizas. La ganadería, por la riqueza de los pastos, es abundante en vacunos, cabrío y lanar.

Se dice que fueron los moros expulsados de Setenil quienes la fundaron en tiempos de los Reyes Católicos. Aunque esta zona fue poblada en la época prehistórica, como lo demuestra el conjunto de dólmenes localizados en la Dehesa del Tomillo, su historia conocida se inicia en el año 1488, cuando los Reyes Católicos autorizaron el asentamiento en este lugar a 25 musulmanes con sus familias; éstas pertenecían a Setenil y al lugar se le llamó Alcalá de Setenil.

A lo largo de su historia pasó por distintos nombres como Alcalá de Ronda, Alcalá de la Vega y por último su denominación actual. En el año 1770 los vecinos de esta villa compraron su jurisdicción.

El pueblo tiene su origen en la época morisca y se estructura en torno a la iglesia, con un trazado urbano regular del que se pueden destacar la Iglesia de Sta. María del Valle y los restos del monasterio de Caños Santos.

La villa conserva una arquitectura genuinamente popular, dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos de la Sierra, muy cerca del límite con la provincia de Málaga. En las inmediaciones de Alcalá del Valle, en la Dehesa del Tomillo, se ha encontrado un conjunto de Dólmenes de la Era Megalítica, de gran importancia histórica. En su artesanía destacan los trabajos realizados con esparto. En la gastronomía de Alcalá del Valle destacan los embutidos, especialmente el conocido jamón de pata negra.