Qué ver en Montanchez

El núcleo se halla situado en la sierra de su mismo nombre, que constituye el macizo serrano más destacado que divide la región extremeña. La característica principal del término es la presencia de laderas y barrancos en casi todo el perímetro, muy inclinados, salvo en sus zonas occidentales; laderas que ascienden rápidamente a las zonas de cumbres, que rebasan los 850 metros. El relieve residual granítico de la sierra destaca sobre la penillanura trujillano-cacereña. Los niveles de cumbre separan las cuencas del Tajo y el Guadiana, naciendo el Salor y el Aljucén de ambas en el macizo montañoso.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual es de 15,3º. Los inviernos suelen ser suaves, con una media de 7,3º y unas mínimas que bajan de los -5º. El verano es seco y caluroso, con una media estacional de 22º y unas máximas que llegan a los 35º. La precipitación se sitúa en torno a los 700 mm. al año.
La formación vegetal autóctona es del tipo durilignosa, con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que componen el matorral.

La tasa de actividad se sitúa en el 36,1 por 100. En la distribución por sectores se aprecia un predominio del agrario, pero no tan marcado como en otros municipios extremeños, que acoge al 46,6 por 100 de la población activa, seguido por los servicios (34,6), de notable importancia por ser cabecera de comarca, construcción (10,4) e industria (8,2).
La vocación de los suelos, desde el punto de vista agrario, es doble: de una parte es de tipo ganadero, ya que el pastizal, matorral, etc. ocupa casi el 60 por 100 del término municipal. Por otra, la superficie labrada representa una tercera parte (30,8 por 100), destacando el olivar (14,5 por 100), viñedo (9,4) y, en menor medida, la higuera. El número de cabezas de ganado se aproxima a las 1.000, destacando el bovino. Dentro del régimen de tenencia predomina de forma casi absoluta la propiedad, con el 95,7 por 100. (L.G.G.)

Sin descartar posibles asentamientos en épocas anteriores, el origen de Montánchez puede fecharse en el siglo I d. C. De la dominación romana hay vestigios epigráficos en lápidas funerarias y áreas votivas halladas en su entorno. A mediados del siglo V pasa a poder de los godos hasta que, en el año 713, cae en manos de los musulmanes y se integra en la provincia de Mérida (747). En el transcurso de los siglos siguientes el dominio de la villa cambia varias veces de los musulmanes a los cristianos hasta que, en 1230, Alfonso IX la conquista definitivamente y la cede a la Orden de Santiago. En 1236 el Maestre Pedro González Mengo le otorga Fuero y privilegio de población, cediendo dos tercios del territorio al Concejo y conservando el resto bajo dominio directo de la Orden. En 1479 Alonso de Monroy y Montánchez, clavero de Alcántara, que apoyaba las pretensiones de Juana la Beltraneja, subleva el castillo contra Isabel la Católica, sublevación que fue sofocada a finales del mismo año. En 1619 el castillo sirvió de cárcel a Rodrigo Calderón, protegido del Duque de Lerma, que fue confinado en Montánchez para alejarlo de la Corte mientras se instruía el proceso que acabó con él en un patíbulo. Como consecuencia de la guerra con Portugal, en 1653, el castillo quedó inhabitable y sin alcalde.