Qué ver en Madrigalejo

El término municipal es muy llano, y se encuentra en el límite provincial de Badajoz. Se halla prácticamente dentro de las Vegas del Guadiana, destacando pequeñas lomas como Castillejo, Los Cinchos y Sierra Brava. Atraviesan el término los ríos Ruecas y Pizarroso, procedentes de las Sierras de las Villuercas, así como el Canal de Orellana, que da riego a casi una cuarta parte de la superficie total de municipio.
El clima es de tipo mediterráneo subtropical. La temperatura media anual es de 17,1º. Los inviernos suelen ser suaves, con una media de 8,7º. El verano es seco y caluroso, con una media estacional de 26,4º. La precipitación media anual es de 574 mm.
La formación vegetal natural es del tipo durilignosa, aunque muy degradada, puesto que la deforestacióm arbórea es total, y su vegetación se reduce al matorral y pies sueltos de encinas en las áreas más marginales: cistáceas, diversas genistas, cantueso, etc.


La población activa no supera el 41 por 100 del total de efectivos. En la distribución por sectores, el agrario acoge a algo más de la mitad de esta población activa, mientras que la industria (12,4) y la construcción (11,3) son incipientes y un tanto coyunturales y estacionales. Los servicios, por su parte, con un 25,8 por 100, están en función de pequeños comercios, bares, etc. La superficie labrada, bastante extensa por las características naturales del término, alcanza el 62,6 por 100 del territorio municipal, dedicándose el 89,1 por 100 a cultivos de regadío y cereales.
La superficie ocupada por los pastos es muy limitada (16,1 por 100), así como la forestal (4 por 100). Los recursos ganaderos, en consecuencia, vienen representados por unas 1.700 UGM, repartidas por igual entre vacuno y ovino.
Su economía, por lo tanto, se sustenta en unos aprovechamientos agrícolas de regadío en la mitad sur del término, y agrícolas-ganaderos en la mitad norte, con una estructura de las explotaciones cuya media es de 33,5 has. (J.M.A.)


En los alrededores de Madrigalejo se han encontrado tres restos célticos. Se trata de dos verracos (el Toro de Hito y el Verraco de Madrigalejo) y una Arracada. Los primeros son de granito y se encuentran en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres. La arracada, especie de pendiente realizado en oro, obra de un artífice celta con influencias púnicas, puede ser contemplado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
De los mosaicos romanos que a finales del siglo XIX se dieron a conocer, sólo quedan algunas teselas desperdigadas en el terreno donde se encontraron. También de época romana es una estatuilla de mármol blanco que representa a una Diana cazadora, encontrada también en los alrededores, y que actualmente se halla en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres.