Qué ver en Aldeanueva De La Vera

Situada al pie de la carretera que cruza La Vera, Aldeanueva resulta una interesante muestra de la apuesta verata por los nuevos tiempos.

Su tejido industrial, su afamada producción pimentonera y el desarrollo artesanal alcanzado en la elaboración de dulces y la talla de la madera, incorporan nuevos recursos al tradicional sector agropecuario.

Aldeanueva de la Vera se encuentra aproximadamente en el centro de la comarca verata, entre las localidades de Cuacos y Jarandilla. Sus edificaciones se distribuyen de forma alargada, todo ello condicionado por el relieve todo accidentado y sin ninguna zona llana y uniforme. Uno de los núcleos claves del turismo en esta comarca tanto por su excelente ubicación, así como por su maravilloso paisaje.

El pueblo se halla encajonado entre dos gargantas, la Garganta de San Gregorio de unos 8 km., nace en la ladera del collado de la Yegua, denominado "Puerto del Emperador Carlos V", lugar por donde tan ilustre personaje atravesó la sierra para llegar a Yuste; y la de los Cascarones de unos 7 km., que nace en la Sierra de Tormantos.

El pueblo surge en torno a la fuente de OCHO CAÑOS, donde resalta la mencionada fuente con su pilón de cantería, apoyada en un murete que divide a dicha plaza en dos espacios de distinta cota. Otra de sus calles más conocidas es la del Obispo Godoy, en la que podemos ver la casa en la que nació este ilustre predicador de Carlos IV, que fue Obispo de Osma y Sigüenza, y sobre la puerta el escudo familiar. Siguiendo nuestro recorrido llegamos a la plaza de Toros, lugar donde se celebran las capeas al estilo tradicional de La Vera en la segunda quincena de Julio y con motivo de las fiestas del Cristo de la Salud.

Es un espacio cuadrangular de buenas proporciones, dotado de soportales apoyados en columnas graníticas y cuya superficie tiene diversos planos deprimidos y elevados. Otras calles de interés son Toril donde hay una casa con un escudo en su frontispicio y se cree que en tiempos fue la casa de la moneda local, Hernán Cortés, San Miguel y Callejilla Jiménez conocida popularmente como la calle El Beso, por su estrechez, lo que hacía que en otros tiempos los novios al pasar por allí robasen un beso a sus novias.

Sus habitantes se dedican en su mayoría a las tareas agrícolas y con peculiaridades bien definidas, que hace que durante unas épocas del año la población se desplace en su mayoría a las vegas del Tiétar, y en otras como el otoño y el invierno en que la población vuelve a su lugar de residencia, circunstancia que ocasiona importantes cambios demográficos.

La evolución de la población mantiene un crecimiento ascendente desde principios de siglo hasta 1960.

Desde los años 60 hasta 1980 experimenta un continuo descenso debido a la emigración, perdiendo una tercera parte de sus habitantes.

A partir del año 81, surgen los primeros síntomas de recuperación demográfica que continúa hasta 1986, fecha en que se estabiliza manteniéndose sin cambios significativos hasta los años 90 en los que vuelve a sufrir un ligero descenso.