En el emplazamiento donde estuvo el lugar de recreo real denominado "Las Huelgas" Alfonso VIII fundó en 1187 este monasterio de monjas cirtercienses. En él se recogerían personas de notable condición, serviría de panteón real, y sería escenario para los monarcas donde ser armados caballeros bajo la autoridad divina. Se trata de un edificio complejo, fundamentalmente del siglo XIII, donde conviven varios linajes artísticos: románico, mudéjar, gótico y renacentista. La historia del monasterio está jalonada de hitos ilustres.
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