Este pequeño municipio de apenas 0.41 kilómetros cuadrados se encuentra en pleno centro de la comarca del Alto Penedés, en la que viven alrededor de 535 personas. Sus pequeñas dimensiones hacen que todas las viviendas de la localidad se concentren alrededor de la iglesia, el edificio más importante de la localidad. Se trata de una construcción relativamente joven, pues se levantó en 1942 como sustitución de un templo gótico que se encontraba en el mismo lugar.
Sus habitantes tradicionalmente se han dedicado al sector primario dando especial importancia a la agricultura donde destacan por encima del resto de cultivos, la viña. Destacable es además la construcción de persianas de caña, un producto que en la mayoría de los casos tiene como destino final el país vecino, Francia.
Para remontarnos al origen de este pueblo hay que retroceder en el tiempo hasta llegar al 1108, cuando aparece citado por primera vez en algunos documentos. Desde hace algunos siglos la festividad más importante es la que se celebra en diciembre en honor al patrón del municipio, San Andrés.