Navalonguilla

Qué ver en Navalonguilla

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Foto: Lupe Landero

Navalonguilla, municipio de la provincia de Ávila, dentro del Partido Judicial de Piedrahita, se encuentra a 93 kms. de la capital, al sur de la provincia. El municipio lo componen dos localidades, Navalonguilla (la capitalidad) y el anejo de Navalguijo, a 3 kms.de ésta.
Está asentada sobre la falda norte de la gran cordillera central, madre tectónica de las dos Castillas y buena parte de Extremadura, con quien limita, que emergía sobre las tierras bajas aún cubiertas por las aguas antes del periodo carbonífero. Durante el periodo cuaternario también en este eje central de textura granítica se precipitan abundantes lluvias y nevadas. Aquellos periodos diluviales y glaciales dan lugar al movimiento de grandes morrenas que llenan el valle con el deshielo de capas de canto rodado sobre las que, cubiertas de tierra vegetal, crece la hierba de los prados y se crían los frutos de sus huertas, siempre tan preciados como las patatas y las judías.
La Garganta de los Caballeros, que surca todo el valle, nace en la laguna de su nombre formada por una pequeña lengua glacial que rota naturalmente en su cabecera la alimenta.
Al encontrarse por encima de los 1.500 metros de altitud, el clima continental alpino es aún más fresco en verano y crudo y desigual en invierno, con grandes oscilaciones térmicas del día a la noche, pero siempre muy soleado sin nieblas y con atractivos para el visitante. De aires saludables donde los calores no fatigan, ni los fríos hielan al caminante. Este clima obliga a que su flora sea la que aguante esos rigores como el roble, el negrillo, el castaño o el nogal; y en los humedales, también muy abundantes, los alisos, chopos y fresnos. Además de infinidad de hierbas medicinales y aromáticas como la genciana, la menta, la manzanilla, las malvas, ajenjos y muchas variedades de tomillo. Los arbustos arropan muchas laderas, como la zarzamora, el rosal silvestre, brezos, geriondos, endrinos, mimbres, y el llamativo serval de los cazadores, etc.
La fauna llena estos parajes de reptiles, aves, truchas y mamíferos, destacando sobre todos los miles de vacas de raza Avileña Negra Iberica, raza autóctona especialmente adaptada a los pastos y al clima, que necesariamente mantiene su régimen ancestral de trashumar hasta las dehesas de Extremadura para pasar el rigor del invierno, hasta que la primavera vuelve a fundir la nieve de las cumbres y se viste de hierba la sierra y entonces vuelven. También abunda la cabra doméstica por un lado y la cabra montés, endemismo de la Sierra de Gredos de gran belleza y valor cinegético.

Sin remontarnos a épocas demasiado prehistóricas, está documentada la existencia de pueblos como los vetones que asentados en castros del entorno aprovechaban los fértiles valles y sus aguas para los ganados en invierno y las tierras más altas para el verano.
Este tipo de vida comunitario de los primeros pobladores marcó el estilo de sus gentes. El habitante de Navalonguilla es apegado al trabajo y a su palabra, tenaz, austero, sobrio, sencillo, religioso, perdurando, hasta ahora, el exagerado amor a la patria chica.
Toman parte estas gentes en la defensa de estas tierras contra Asdrubal, los que por su coraje y vizarria ya habían sido reclutados para acompañar a los cartagineses hasta Roma. Los romanos encuentran en este valle riqueza suficiente para montar un campamento fijo dentro de la provincia Lusitana, que a través del puerto del Pico, de Tornavacas y de Sierra Llana, mantienen comunicación constante con Mérida la capital. Aunque las montañas fueran baluarte, abrigo y muro de contención a las invasiones, muchos no se resistieron por su riqueza y atractivos.
En el año 409 los alanos y después los suevos intentan dominar de nuevo, los que encuentran la resistencia de sus gentes con el apoyo organizado de los visigodos en el año 585.
Los árabes en su conquista fulminante de la península se instalan en estos fértiles valles, organizando los cultivos de regadío con la construcción de un sistema de acequias para aprovechar el agua de sus gargantas hasta llegar a los rincones más insospechados. Es el primer pueblo de convivencia estable durante muchos años que contribuye a la mezcla de sangre, cultura, civilización y costumbres. En este periodo se construye el asentamiento definitivo. Se da el nombre actual de Navalonguilla al igual que a cuantos llevan también el prefijo de "Nava" en su entorno, como Navalguijo ... Dependiendo del Reino de Toledo, cuando éste es reconquistado en 1.085, estos territorios pasan a integrar el Reino de Castilla, y así, cuando Alfonso VI fundó para su hija Doña Urraca el señorío de Valdecorneja, Navalonguilla depende del castro del Barco, formando parte del sesmo llamado del Tormal que aportaba a la alhóndiga 711 fanegas y trescuartos de trigo, y 70 fanegas de centeno, con otras 79 fanegas y cuatro celemines de trigo de Navalguijo.
El Emperador Carlos V conocía muy bien estos parajes y hablando de la caza de la perdiz roja decía que aquí la caza era muy penosa al volar los bandos fácilmente de una a otra cuesta, salvando estos valles tan estrechos. Así mismo las truchas de sus gargantas formaban parte del regalo más preciado que cualquier noble, incluido el Duque de Alba, podía enviarle a su retiro de Yuste.

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Opiniones sobre Navalonguilla

Eduardo
desde hace 21 años que vamos al pueblo y cada vez nos gusta mucho mas, sus paisajes, el Rio y sobre todo la maravillosa gente sin ninguna clase de maldad,la tranquilidad hace que uno venga nuevo a su casa, conocer Navalonguilla es vivir y disfrutar de la vida
03/01/2012 08:55


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