Es posible que los primeros asentamientos humanos en la zona de Blascomillán se remonten a la época celtíbera, que fuera más tarde romanizada y lugar de tránsito de las invasiones bárbaras. Su situación fronteriza durante la Reconquista hizo que sufriera una gran despoblación. Alfonso VI de Castilla (1072-1109), repobló gran parte de la provincia con gentes del norte, entre ellos vascos y riojanos, que pudieron dar origen al nombre de Blascomillán: vasco-millán, de vascos y gentes de San Millán de la Cogolla. Otra versión, más romántica, habla sobre la leyenda de un castillo y dos condes, uno llamado Blasco y otro Millán.
El actual contorno de provincia de Ávila se forma en 1833, perdiendo el antiguo más de 50 pueblos que pasaron a las provincias de Cáceres, Madrid, Salamanca, Segovia, Valladolid y Toledo; por otra parte, incorporó otros que anteriormente eran salmantinos y que se encuentran en la zona de influencia de Piedrahita-Barco, perteneciendo Blascomillán al partido judicial de la primera de estas localidades.
De Blascomillán cabe destacar, como principales puntos de interés, el Convento de Duruelo y la dehesa de Bercimuelle. El convento fue la primera fundación de San Juan de la Cruz en 1568 y lugar de gran devoción para Santa Teresa de Jesús, quien lo convirtió durante la reforma en su actual ocupación de Carmelitas Descalzas. La dehesa de Bercimuelle cuenta con una iglesia del siglo XIX y un chalet donde el difunto D. Juan de Borbón pasaba alguna temporada. En la actualidad esas visitas de la Casa Real siguen con D. Felipe, Príncipe de Asturias, que acude varias veces al año para practicar la caza.