La Catedral

La Catedral, románica y gótica, es tanto una iglesia como una fortaleza incrustrada en el recinto defensivo de la ciudad. Con posterioridad a la primitiva fábrica, que fue comenzada en los primeros años del siglo XII, dentro del estilo románico, se añadieron otros cuerpos y capillas de traza renacentista. El ábside forma parte de la muralla, con matacanes y almenas. La fachada principal tiene dos torres góticas del siglo XV, una de ellas sin acabar, obra del arquitecto Juan Guas, aunque más tardíamente fue reformada siguiendo el gusto barroco.
El interior está formado por tres naves cubiertas con bóvedas góticas, un crucero y girola doble alrededor de la capilla mayor. En ésta hay un gran retablo pintado por Pedro de Berruguete, Juan de Borgoña y Santa Cruz, representando escenas de la vida de Jesús. Toda la sillería del coro es de estilo renacentista, así como la obra cumbre de Vasco de la Zarza, autor del sepulcro del Obispo don Alonso de Madrigal «el Tostado», esculpido en alabastro en el siglo XVI.
En el Museo Catedralicio pueden admirarse tallas y obras pictóricas muy notables, así como interesantes y valiosas piezas de orfebrería. Entre ellas figura una custodia, de excepcional calidad, realizada por Juan de Arfe, y otras obras de pintura, escultura y bordados de los siglos XVI al XVIII, que forman una colección artística de gran valor.