De estilo románico cluniacense, su construcción se inició en 1.100 durante la repoblación de la ciudad. En su bellísimo atrio descubierto se llevaban a cabo las recepciones de los monarcas que visitaban la ciudad por primera vez; y aquí juraron respetar sus fueros los Reyes Católicos en junio de 1.475 y el emperador Carlos I en mayo de 1.534. La estatua de S. Pedro, corona el conjunto. La linterna del crucero es una obra de arte y los capiteles del interior, representan aves, sirenas y grifos. Posee un rico ornamento litúrgico.
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