Qué ver en Avellaneda

Este municipio de la comarca abulense del Valle del Tormes-Sierra de Gredos, se encuentra en la vertiente norte de la sierra de los Castillejos, en la cuenca del Tormes, a unos 1.350 metros de altitud.

Avellaneda es una aldea de origen medieval cuya existencia aparece documentada en 1429 por primera vez. Formó parte de la villa de Piedrahita hasta el siglo XIX. A su alrededor abunda la vegetación de ribera, las encinas, algunos robledales y huertos de regadío.

Entre sus monumentos, cabe destacar la iglesia dedicada a San Bartolomé Apóstol y la ermita del Santísimo Cristo del Humilladero. La primera tiene varios elementos del siglo XVI. La imagen de San Bartolomé es del siglo XVIII y la de la Virgen con el niño del siglo XVI. La ermita, también del siglo XVI, tiene un Ecce Homo sentado en una roca, en actitud pensativa, del siglo XVI-XVII. Antaño fue tierra de molinos (no de viento) y conserva los restos de dos.

Se encuentra a poca distancia de Piedrahita (donde se podrá visitar la Plaza España, el Palacio de los Duques de Alba, la Iglesia de Santa María la Mayor, el Convento de Carmelitas, las ruinas del Convento de Santo Domingo y otros). La gastronomía típica de la zona incluye las judías de Barco de Ávila, las patatas revolconas, el chuletón o el cochinillo.

Los belleguinos celebran San Bartolomé (finales de agosto) y San Miguel Arcángel (finales de septiembre). Como curiosidad, se cree que un párroco de esta localidad escribió la segunda parte apócrifa de El Quijote, también conocida como el Quijote de Avellaneda, aunque no existe ninguna fuente probatoria al respecto.