Arevalo

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Foto: 4ullas

Arévalo, ciudad noble esta situada al norte de la provincia de Ávila y limítrofe con las provincias de Valladolid, Segovia y Salamanca, como en toda la provincia el clima de Arévalo es continental. En sus alrededores existen abundantes bosques de pinos, la mayor parte resineros y algunos albares, así como alamedas en las riberas de los ríos Adaja y Arevalillo, que proporcionan un aire limpio y aromático.

Su situación geográfica es inmejorable, en un cruce de antiguos caminos y calzadas, con buenas infraestructuras en las comunicaciones actualmente la cruzan la Autovía del Noroeste, N. VI, Madrid - La Coruña, y la C 605 Segovia Zamora. Posee también estación de ferrocarril en la línea Madrid - Irún; y líneas regulares de autobuses que trasladan a los viajeros por carretera.

Levantada junto al cerro en que confluyen los ríos Adaja y Arevalillo, este municipio abulense rezuma historia por sus cuatro costados, no en vano es una de las más monumentales de la provincia. Por ella pasaron romanos, visigodos y árabes.

El origen histórico de Arévalo se remonta a los tiempos del Calcolítico, unos 2 500 años a.C. como lo con firman los restos arqueológicos hallados en las inmediaciones de la ciudad. Pero es a partir de las invasiones de pueblos , de origen Celta, entre ellos Vacceos y Arevacos, cuando Arévalo empieza a ser poblado de una forma permanente.

Posteriormente pasarán por estas tierras otros pueblos que, con mayor o menor permanencia, se fueron asentando en la península: romanos, visigodos y musulmanes, dejaron en la ciudad su huella histórica y cultural.

Una vez reconquistada la ciudad por Alfonso VI en el año 1082, y repoblada hacia el 1088, se reconoce como repobladores de Arévalo a los caballeros pertenecientes a los cinco linajes denominados: Montalvo, Sedeño, Verdugo, Briceño y Tapia. Alfonso X otorga el Fuero por el que se regirá la ciudad el 20 de junio de 1256.

La mayor impronta cultural la dejó el pueblo árabe. Fruto de su influencia es el arte Mudéjar. Arévalo se convierte en la primera ciudad mudéjar de toda Castilla y comienzan a construirse los principales monumentos que constituyen su patrimonio histórico artístico. Destacan sus murallas y el alcázar con la puerta principal, el Arco del Alcocer, sus torres y tres puentes. todo ello proveyó a Arévalo de pozos, acueducto y alcantarillado que hoy en día siguen siendo utilizados en parte.

En esta época Arévalo adquiere protagonismo en la historia de Castilla, pieza clave por derecho propio en la batalla de las Navas de Tolosa, origen del escudo de la ciudad. Protagonista en la historia de España, por su vínculo con los Trastámara y en especial con Isabel I de Castilla, La Católica, a la que gustaba ser llamada «Señora de Arévalo». Vivió toda su juventud en las Casas Reales que su padre Juan II tenía en Arévalo. La ciudad llegó a ser corte y centro de importantes intrigas políticas orientadas a conseguir la destitución de Enrique IV y el nombramiento del príncipe Alfonso como heredero de la corona de Castilla.

Es villa medieval por excelencia y lugar de residencia de numerosísimas casas nobiliarias, todavía en el siglo XVII se censaban más de un centenar, propiciado porque al contrario que otras poblaciones cercanas, permaneció fiel a la corona durante la revuelta comunera. Destacan entre sus monumentos su castillo sobre el río Arevalillo con una imponente torre del homenaje semicircular construido en el siglo XIV con reformas en el XV y XVI.

El rey Pedro I el Cruel encerró en él a su esposa Blanca de Borbón y posteriormente fue prisión de estado. Pero también podemos recorrer la antigua muralla medieval o sus numerosas plazas como la de la Villa, muy pintoresca, donde en uno de sus rincones se sitúa la fuente de los cuatro caños de estilo gótico, la Plaza Real, porticada y con numerosas casa blasonadas o la del Arrabal. Arévalo cuenta a su vez con numerosas iglesias como la de Santo Domingo de Silos, San Juan Bautista, San Martín, presidida por dos originales torres de desigual altura, o la de San Miguel.

Respecto a su patrimonio Arévalo, cuenta con una riqueza monumental muy importante y amplia mención especial merecen dos Monumentos Nacionales: la iglesia de la Lugareja y la plaza de la Villa con San Martín y Sta. María, situada en el centro del casco urbano antiguo, declarado Conjunto Histórico Artístico.

Arévalo estuvo fuertemente protegido por sus murallas, perdidas casi en su totalidad. El interior de este recinto guarda hoy la mayoría de sus monumentos más importantes. Paseando tranquilamente por sus calles podemos contemplar otros lugares destacados e interesantes para el viajero como son el Arco del Alcocer, que en tiempos fue la entrada principal al recinto amurallado, delante tenía un amplio foso y puente levadizo. Subiendo el curso del río Arevalillo esta el Puente de Medina, de estilo mudéjar con altos arcos ojivales que data del siglo XIV.

Sin olvidar la Plaza del Arrabal, que es la más popular y el centro comercial de la ciudad, también con soportales. En un extremo de la misma se encuentra la Parroquia de Santo Domingo de Silos, posee una magnífica reja plateresca del siglo XVI, obra de Maese Bartolomé Ordóñez; a la izquierda está la capilla de la Patrona de Arévalo y su Comarca, la Santísima Virgen de las Angustias; en la capilla de la izquierda está una gran talla de tamaño natural de San Francisco de Asís, atribuida por unos a Montañés, por otros a Gregorio Fernández. La portada es herreriana.

La iglesia de el Salvador, reedificada en el siglo XVI de ladrillo, tiene una potente torre mudéjar y la capilla románica de Los Navas. En la Capilla de don Bernal Dávila y doña María Briceño, su mujer, tiene un magnifico retablo de Juan de Juni, terminado a su muerte por su hijo Isaac, data de finales del siglo XVI. El Palacio de los Cárdenas, con magnífica portada en granito y escudos nobiliarios de la familia. La fachada del Convento de las Montalvas, de estilo barroco de ladrillo. La fachada renacentista de los caballeros Río Ungria, actualmente es la fachada de la Casa Consistorial, y data del siglo XVI. La portada renacentista en granito de estilo herreriano de don Juan Ballesteros Ronquillo que data del siglo XVI. El Palacio de los caballeros Gutiérrez Altamirano, con un original balcón esquinado, que data del siglo XV. El Palacio del General Ríos, en su interior se encuentra una figura zoomorfa conocida como «la marrana cárdena», de origen celta. La ermita de la Caminanta, situada junto al puente de Medina, a las afueras de Arévalo; es un pequeño edificio de sillares en piedra de granito y columnillas de tipo balaustrada. Al igual que en la Lugareja también celebra en Junio una romería.

Podemos continuar nuestro paseo por el Puente de los Barros, de estilo medieval, es el más antiguo de Arévalo y puede que tenga su origen en uno romano; formado con un solo arco de ladrillos y lajas. El Puente de Valladolid, llamado antiguamente "la puente llana" es también de estilo mudéjar, reconstruido por Carlos III, era el antiguo camino a Olmedo y Valladolid.

De los centros religiosos que hubo en Arévalo y en orden a su antigüedad, tenemos que nombrar el convento de San Francisco de la Observancia; el de la Santísima Trinidad (redención de cautivos); el de Franciscanos Descalzos de San Lázaro; el Colegio de la Compañía de Jesús; y los conventos hospitales de los Hermanos de San Juan de Dios. De todos ellos, destaca el de San Francisco, fundado por el propio santo hacia 1214, o el de Trinitarios, un año posterior y del que saldrá el arevalense Fray Juan Gil, para después de largas negociaciones, liberar a don Miguel de Cervantes y con él, la gloria de la literatura. Hubo también varios conventos de religiosas, como el de Santa María la Real, que es el único que aún subsiste; convento de Las Montalvas, el de las Siervas de Jestis, el de la Encarnación y el antiguo monasterio de la Lugareja o de Gómez y Román.

Y después de realizar este amplio y fantástico recorrido, Arévalo y sus gentes dan más al visitante con su hospitalidad y para reponer fuerzas con una rica y famosa gastronomía con sus típicos asados, especialmente el "tostón o cochinillo", que se ofrece al comensal de una forma muy peculiar en todos los restaurantes. Exquisita es también la pastelería y en especial sus mantecadas.

Respecto a su entorno decir que constituye el centro de las comarcas denominadas "Tierra de Arévalo" y "La Moraña" (tierra de moros), que agrupa a pueblos tan emblemáticos como Madrigal de las Altas Torres, cuna de Isabel "La Católica", o Fontiveros, donde nació San Juan de la Cruz. Toda la comarca está jalonada de importantes monumentos mudéjares tan interesantes como las iglesias de Fuente el Sauz, Adanero, Orbita, Pedro Rodríguez, Fuentes de Año, o Palacios Rubios entre otros.

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Opiniones sobre Arevalo

Emoraga
Es la tercera o cuarta vez que he visitado la noble ciudad de Arévalo y siempre me sorprende por la armonía de sus plazas, y por la abundancia de iglesias, palacios y casas nobles.
12/03/2010 13:48
Esther Olvido
Pocas veces he comido tan bien como en este pueblo
19/02/2008 17:50


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