Sella es uno de los ejemplos de la medida tomada por Felipe III de expulsar a los moriscos, con ello despobló a la provincia de Alicante de sus mejores y más laboriosos agricultores.
En tiempos Sella era el pueblo más próspero de la zona y todo él estaba habitado por moriscos. Con la despoblación se empobreció y perdió su identidad cultural.
Hoy en día Sella es un pueblo agrícola que sufre la presión de la costa a la que van a trabajar, en el sector servicios, los naturales de la localidad.
El pueblo es típico, con calles estrechas y empinadas a causa de su ubicación en la falda de la Sierra Aitana. Acaba el pueblo en el que era el antiguo castillo señorial de la villa.
Los restos arqueológicos romanos y los restos de un castillo árabe y del viejo molino son sus principales monumentos.
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