Gesaltza ( Añana )

Qué ver en Gesaltza ( Añana )

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Foto: María Fernando

Si hay un espectáculo en Alava que no se parece a ningún otro, es el de las eras de la sal de Salinas de Añana. Una sucesión de estructuras de madera de aspecto aparentemente endeble, pero mucho más resistentes contra la erosión salina que las de piedra, se escalonan en forma de terrazas sobre una ladera, ocupando más de 120 hectáreas. El agua salina es conducida a cada una de las eras por canales igualmente de madera, y se deja reposar hasta que la sal se deposita por evaporación del agua. Se cree que ya se explotaban por este sistema en época romana. La importancia del impuesto de la sal para las monarquías medievales influyó en que Salinas de Añana fuese la primera población alavesa en obtener fuero de villa en 1140, de manos de Alfonso VII de Castilla. Están declaradas Monumento Nacional de Euskadi.

Salinas de Añana o Gesaltza llama a atención desde el principio. El pueblo no es grande y se apiña en una cuesta. Pero lo que destaca son las salinas. Explotadas desde la época romana, eran una auténtica mina de oro en la Edad Media. Las viejas eras, así llaman a las viejas explanadas de madera, tierra y piedra picada en las que se dejaba secar el agua salina, se han derrumbado en su mayor parte. Hay proyectos de reconstrucción. De todas maneras, destaca el conjunto. Nos traslada a otra época, concretamente a la de la dominación romana. Es posible trastear entre ellas e incluso echar un trago de agua salobre, que en la fuente sale a una temperatura que ronda los 23 grados. De todas maneras, es mejor la visión en conjunto que la visita detallada.

Una vez dentro del pueblo, Salinas es la típica villa medieval, con callejas bien cuidadas y una hermosa iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de Villacones. En su interior, custodia un retablo del siglo XVI. Dentro del pueblo, destacan las casas solariegas con escudos ­entre ellas las de Herrán y el palacio de Los Ozpinas­ y en el alto, camino del monte Canto Blanco, se conservan algunos restos de las murallas. También hay una hermosa picota donde se colgaba a los malhechores. Media hora es suficiente para recorrer esta población, que se encuentra a 531 metros de altura y en la que el sol pega de lleno en temporada veraniega.

Tres kilómetros más arriba de Salinas, en la carretera que lleva a Pobes, se encuentra la desviación que conduce a las ocultas aldeas de Viloria y Arreo. Desde esta última población, se contempla el Lagunillo o lago natural de Arreo. Rodeado de cañaverales, es un punto muy poco visitado de la geografía alavesa. Una fuente de agua salada, que frecuentan las ovejas, desemboca en sus aguas, que son dulces. Preserva una gran población de aves acuáticas. Sería aconsejable proveerse de ropa ligera, traje de baño, protector solar y gorro de sol. Todo esto nos ayudará a sacarle más partido a nuestra excursión.

Naturaleza:
Aves acuáticas en el embalse de Sobrón y en el Lagunillo de Arreo. Bosques y salinas en Paúl y Añana.

Como llegar:
De Bilbao, A-68, salida en Pobes, dirección Salinas de Añana.
Desde Vitoria, la opción más corta es la N-1 hasta Nanclares de Oca y seguir hasta Salinas.


Información:
Ayuntamiento de Salinas de Añana o Gesaltza. T 947 351067.

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