Qué ver en Mirandilla

Mirandilla es un pueblo precioso. Nada más asomar por el cerro de la carretera se ve a su ladera recostado, pareciendo un remanso de paz a propósito buscado; tiene al fondo su sierra y por su ladera se desparraman, verdes y exuberantes, sus densos y extensos olivares; teniendo en su parte oeste la dehesa los Arenales, repleta de verdes encinares que llegan hasta las mismas puertas del pueblo. Los mirandillenses son personas buenas y sencillas, nobles de corazón, acogedores y hospitalarios. El pueblo está rodeado de numerosos chalet, entre canchos, encinas, huertos y alameda, fiel expresión de los paisajes típicamente extremeños. Dista de Mérida 12 kms, a la que se llega por la autovía en sólo unos 10 minitos. Su iglesia es todo un monumento, del siglo XVI, con cinco grandes arcos interiores, de transición al gótico, con un magnífico retablo mayor de estilo barroco de muy buena factura, que la hacen ser una de las iglesias más bonitas de toda la comarca de Mérida; fueron sus autores Juan Pablo López y su hermano Alonso, célebres tallistas de Mérida; encima de la puerta de la sacristía tiene una ventana de arco conipal de singular atractivo, Está edificada con piedras de mampostería de robusta solidez y consistencia. En sus proximidades, al lado del cementerio, está la ermita de San Roque, del siglo XVI, que se mantiene en bastante buen estado. Y en la ladera de la sierra está la ermita de San Isidro, construida en 1957, donde yo mismo intervine como peón de albañil. Próxima a la iglesia se encuentra la Casa solariega del Marqués de la Encomienda. EL 3 de marzo de 1526 estuvo en Mirandilla el Emperador Carlos V, donde paró a comer y descansar cuando iba de Toledo en dirección a Sevilla a contraer matrimonio con Isabel de Portugal. En Mirandilla nacieron los hermanos Alvarado de Trejo, Hernando y Luis, cuyo padre, hijos de Juan Alvarado y de la mirandillense María Trejo. Antonio Guerra Caballero, de Mirandilla, autor de Mirandilla, sus tierras y sus gentes. 6-05-2012.